Vapers: la nueva cara del tabaco

Joven haciendo uso de un cigarrillo electrónico en una calle del centro de la ciudad.
photo_camera Joven haciendo uso de un cigarrillo electrónico en una calle del centro de la ciudad.
De los 12 jóvenes universitarios entrevistados en el Campus de Ourense, con edadades comprendidas entre 18 y 21 años, ninguno había consumido cigarrillos electrónicos por primera vez siendo mayor de edad. Todos entre los 13 y los 17 años.

La estética de fumar ha trascendido al propio cigarrillo a lo largo de los casi 200 años de historia que tiene la industria tabacalera y, por ende, su promoción. Pero no hace falta remontarse tan atrás para encontrar eslóganes como: “Protección de garganta” o “Deportista, fume para adelgazar” en anuncios de los años 50 del siglo pasado. En el cine los pitillos largos -como en Cruella de Vil o La Pantera Rosa-, los puros -en El Padrino-, o los pitillos -James Bond y las películas de vaqueros- generaron un cliché basado en la imagen sofisticada de fumar

El tabaco se relacionó con la salud, la familia, los famosos y, por supuesto, el sexo

Después se comprobó que estas frases no solo eran mentira, sino que, además, las consecuencias del tabaco son devastadoras. La Ley 28/2005, conocida como Ley Antitabaco, prohibió en España la publicidad relacionada con este tipo de productos e impuso medidas restrictivas para su consumo.

Sin embargo, no regula tan específicamente el uso de dispositivos susceptibles de liberar nicotina (DSLN) en espacios públicos. La oferta hoy es más variada que nunca: cigarrillos, shishas y vapers de todo tipo con infinidad de sabores: “Desde helado de fresa a tarta de Santiago o efecto hielo”, enumeran en una tienda especializada de Ourense. Y los jóvenes, cada vez, tienen más fácil acceso.

La industria aprovechó el tirón de la era digital

La llegada de los cigarrillos electrónicos han cambiado el perfil del fumador: “La mitad de los estudiantes de 14 a 18 años ha utilizado en alguna ocasión cigarrillos electrónicos (48,4%)”, según el último estudio del Ministerio de Sanidad sobre de DSLN.

En el Campus de Ourense los jóvenes confirman el dato. Los 12 jóvenes entrevistados de entre 18 y 21 años habían probado estos aparatos siendo menores. Dos de ellos se iniciaron con 13 y 14 años, pero ninguno era vapeador habitual. Por qué decidieron hacerlo también tuvo una respuesta mayoritaria: “Lo tenía un amigo”, aunque algunos apuntaron “el buen olor” como atractivo y “el humo”.

En algunos de los establecimientos de venta de la ciudad -estancos y tiendas especializadas- también lo respaldan: “Son chicos jóvenes, adolescentes” y señalan los desechables como los más escogidos. “Son más pequeños, tienen una calada pequeña y el efecto de la nicotina llega antes” -muestra un vendedor-, “aunque las caladas están limitadas a 300, 500 u 800” -y continúa- “acaban saliendo más caros que fumar y generan mucha basura”. 

Los DSLN llegaron al mercado como un sustitutivo más sano del tabaco

Pero en el informe de 2022, Sanidad concluye que “aunque algunos fumadores podrían cambiar temporalmente el consumo de tabaco por estos productos, una proporción muy baja parece llegar a la cesación sostenida en este modo”. 

Cristian Sotelo es uno de los jóvenes que llegó al mundo del “vapeo” con 19 años “para reducir el tabaco” y “para hacer trucos con el humo”. “Quería vapear sin nicotina, pero no me saciaba, entonces me pasaba todo el día vapeando”, explica. “Además me compré un vaper mecánico, que echa muchísimo vapor, porque veía vídeos de trucos de un chico que se hizo viral y era buenísimo”. Los más habituales son “el tornado, la medusa, las oes…”.

Asegura que se informaba de todo a través de vídeos: “Me hacía las mezclas en casa porque salía mucho más barato y podía ajustar la densidad del humo”. En cambio, el entrevistado dejó de utilizarlo porque era demasiado trabajo: “Tenía que hacerlo todo yo: cambiar las resistencias, los algodones continuamente, porque en dos caladas se quemaban. Me manchaba el bolsillo, las manos…”. Respecto a la salud, por ahora, no sufrió efectos adversos, aunque admite que es asmático.

Noelia Sotelo Taboada, estudiante, 21 años

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"Lo probé de fiesta, creo que puede ser menos perjudicial que el tabaco, pero no lo sé realmente."

Pedro Iglesias Gómez, estudiante, 19 años

Pedro Iglesias Gómez

"La primera vez que vapeé fue con 17 años. No me acuerdo del sabor, pero olía de maravilla."

Victoria Gómez, estudiante, 19 años

Victoria Gómez

"Me gustan sobre todo los sabores. Le di unas caladas con 14 años pasando una tarde con amigos."

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