Las ventas de tabaco caen en Ourense, mientras la recaudación sube

La venta de tabaco tiende un año más a la baja, pero la recaudación, por tercer año consecutivo, apunta a que volverá a incrementarse un año más. Según los datos que ofrece el Ministerio de Hacienda y Función Pública, en la provincia se han comercializado hasta el mes de julio 155,5 millones de cigarrillos; 8,8 millones de cigarros (aquellos que se venden por unidades); 17,5 toneladas de picado de liar y 2,5 toneladas de tabaco para pipas. En comparación, en el mismo periodo del año pasado, se vendieron 5 millones de cigarrillos menos y 600.000 cigarros menos; por contra, la venta de preparado para liar se incrementó en 300 kilos, y el de pipa en 400, aunque este último sigue siendo muy residual. Lo que sí ha aumentado es la recaudación generada por la venta de este tabaco. En los primeros siete meses de este año, la industria del sector ha generado en Ourense 43,8 millones de euros, esto significa que los ingresos han subido un 3% respecto al año pasado, cuando se habían recaudado 42,5 millones. Solo hay una explicación para esta disyuntiva: el lento pero constante encarecimiento de las difeerentes labores del tabaco. Se observa claramente en el caso de los cigarrillos: 155,5 millones unidades costaron este año 38,1 millones de euros; mientras que 160,2 el año pasado costaron un millón menos. También es destacable el incremento del consumo del tabaco de liar. Cada vez son más los ourensanos que apuestan por esta modalidad, principalmente porque resulta más barato, aunque sus consumidores también aluden a factores como el sabor o que les ayuda a fumar menos cantidad. Según los datos del Ministerio de Hacienda, la provincia cuenta con 203 estancos, que están presentes en la mayoría de los municipios. La ciudad es el lugar que más concentra, con hasta 30 expendidurías. La legislación vigente indica que puede haber uno de estos establecimientos cada 5.000 habitantes. Además, el Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo propuso el verano pasado la reducción progresiva de las expendidurías, elevando esta tasa hasta llegar a uno cada 10.000 habitantes en 2030. Por ejemplo, la ciudad se quedaría rondando los 15 establecimientos.