La diáspora de Ourense no es nueva, desde hace décadas los vecinos de la provincia han emigrado al extranjero. Aunque muchos de ellos, o sus descendientes, han decidido volver.
Los motivos y los destinos son tan variados como las historias de cada uno. Pero La Región ha querido hablar con algunos de los que están reconectando con sus raíces.
Juan Ignacio Pérez Blanco
Su acento le delata, Juan lleva ya algunos años aquí pero mantiene mucho de su querido Buenos Aires. Él nació y se crio en Argentina, igual que sus padres y sus tíos. Pero después de estudiar gastronomía quiso viajar a Europa para aprender de diferentes culturas. "Cambiaron un poquito los planes", comenta con una sonrisa.
Cuenta que cuando llegó a Gomesende, el pueblo de sus abuelos, sintió una conexión especial: "Fue como un amor a primera vista".
Su familia no abandonó por dinero ese pequeño paraíso terrenal. Su bisabuelo era alcalde del lugar cuando empezó la Guerra Civil, y fue una de las víctimas del golpe militar. El clan tuvo que exiliarse en Argentina.
Su sueño es triunfar en las mejores cocinas, y su talento promete que lo conseguirá. Pero quiere hacerlo desde Galicia. Aquí vive con su pareja, y el plan es quedarse.
José Federico y María Diana
Esta pareja pasó de una ciudad con más de 9 millones de habitantes a un pueblo rural de menos de 50. Cambiaron México DF por Sanguñedo, en Baños de Molgas.
Sin embargo, tenían claro que querían volver a la Galicia natal de ella. Tanto que decidieron su casa por internet, sin siquiera verla en persona.
Ahora viven en una aldea de Ourense, donde trabajan y poco a poco van creando una vida en comunidad.
Y parece que no les ha salido mal la apuesta, ambos se muestran encantados con su nueva vida y, de hecho, animan a todo el mundo a probarla.
Carlos López Ríos
Llegado un momento, Carlos López Ríos (47 años) decidió emigrar a Ecuador “por cambiar de aires”. Allí estuvo 12 años. Hace un año y medio se volvió a Galicia y fundó una empresa de comunicación, “El creador de nubes”, con ayuda del programa Retorno Emprendedor de la Xunta. Cuando llegó todo fueron ventajas. “Tuve una reunión en Santiago, me explicaron todo el proceso y fue muy rápido. Incluso con mi hijo. En solo cuatro días me arreglaron el papeleo y ya estaba escolarizado, y eso que quedaba un mes para acabar el curso”.
Empezó su vida laboral a los 16 años grabando bodas. Estudió Imagen y Sonido en Ourense y en A Coruña y ayudó a organizar el primer Festival de Cine de Ourense (OUFF). Trabajó para múltiples productoras de Galicia y Ecuador, donde amplió sus funciones laborales, incluyendo el diseño gráfico, fotografía profesional, turismo… lo que ahora está desarrollando en su tierra natal. “Era hora de volver”.
