Somos lo que comemos

¿Cuáles son las cantidades recomendadas de consumo de lípidos?

photo_camera Es beneficioso controlar la ingesta de grasas, sustituyendo las saturadas por insaturadas y evitando añadir mucha grasa a las comidas.
Estas son las recomendaciones nutricionales en lípidos que aconsejan los expertos

Los grupos expertos han establecido los valores deseables de ingesta de grasas para la población expresados en porcentaje del valor calórico total de la dieta (la recomendación suele indicarse como un porcentaje de la energía en lugar de una cantidad en sí. Esta recomendación se indica atendiendo el efecto cualitativo sobre la salud, de los principales componentes de los lípidos (ácidos grasos monoinsaturados, ácido grasos saturados y ácidos grasos polinsaturados).

En base a ello, y en general los diferentes organismos de salud recomiendan que la ingesta de lípidos no supere el 30% de la energía. El informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) de 2012 indica como adecuados valores entre el 40-60% de grasa total en los primeros 6 meses de vida, y va disminuyendo al 35% hasta los 2 años y al 25-35% hasta los 18 años, y finalmente recomienda el 20-35% en la edad adulta.

En el ámbito español, se recomienda hasta el 40% de energía proveniente de las grasas cuando las personas consumen habitualmente aceite de oliva. Estos porcentajes deben contener entre el 5 y el 10% del ácido linoleico (ácido graso esencial de la serie -6), y entre el 20 y 25% de ácidos grasos monoinsaturados (AGMI) procedentes del aceite de oliva.

Las dietas ricas en AGMI, presentan un efecto antiinflamatorio y mejoran el perfil de glicemia en la diabetes.

En cuanto a la ingesta de ácidos grasos saturados (AGS), no hay un máximo fijado pero se recomienda reducir el consumo de los alimentos que los contienen en exceso y los alimentos que pueden contener compuestos nocivos (mantequillas y algunas carnes procesadas).

Sustituir una grasa saturada por otra monoinsaturada permite bajar los niveles de colesterol malo (LDL) sin reducir el bueno (HDL).

La ingesta de ácidos grasos polinsaturados (AGP) no debe superar el 5 % del contenido calórico de la dieta debido a su mayor sensibilidad frente a la oxidación (la ingesta elevada de AGP aumenta las necesidades de vitamina E). Las principales fuentes de AGP omega 3 (-3) son los pescados y aceites de pescado (-3 de cadena larga) y aceites vegetales (-3 de cadena más corta). Hay evidencia sólida del efecto protector de la ingesta de AGP -3 procedentes del pescado sobre el riesgo cardiovascular total, sobre el riesgo de infarto de miocardio, accidente cerebro vascular isquémico y sobre la muerte súbita cardíaca. Estudios importantes han reportado que incluso bajos consumos de pescado están asociados a reducciones del riesgo de mortalidad coronaria.

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