ORÁCULO DAS BURGAS
Horóscopo del día: sábado, 20 de diciembre
Los gatos están naturalmente adaptados a soportar las condiciones del invierno, aunque estos adorables compañeros peludos también pueden ser susceptibles al frío extremo. En el otoño, la mayoría de las razas de gatos cambian su pelaje de verano por uno más denso y grueso, diseñado para enfrentar las bajadas de temperatura.
A pesar de que la morfología felina les proporciona cierta resistencia al invierno, no los inmuniza por completo contra el frío, a diferencia de lo que se podría pensar. ¿A partir de qué temperatura deberíamos empezar a preocuparnos por su bienestar?
La temperatura interna normal de un gato oscila entre 37,7 y 38,9°C. Un rango de 35,5 a 37,7°C indica hipotermia leve. Si desciende a 32°C, el animal experimentará hipotermia severa, poniéndolo en riesgo de muerte, por lo que se aconseja llevarlo urgentemente al veterinario.
Similar a los humanos, los gatos se adaptan al frío extremo. La exposición a bajas temperaturas reduce su ritmo cardíaco, causando una ralentización del flujo sanguíneo en las extremidades. Por ende, tocar las puntas de las orejas o las almohadillas de las patas sirve como indicador de su estado de salud frente al frío.
Un gato que se aproxima a la hipotermia, con una temperatura corporal entre 32 y 37,7°C, también exhibirá temblores y buscará fuentes de calor en su entorno.
Los gatos pueden vivir cómodamente al aire libre durante la mayor parte del año. Algunos felinos, especialmente los de interior, pueden sentir el frío en las noches de invierno, principalmente cuando la temperatura baja de 5°C.
A pesar del frío invernal, los gatos buscan naturalmente fuentes de calor para mantener su temperatura corporal sin gastar demasiada energía. No obstante, se recomienda proporcionar a las mascotas lugares donde puedan resguardarse durante ráfagas de viento, especialmente si están acostumbrados a un estilo de vida más sedentario.
Más que el frío, la nieve puede suponer un problema para ellos. Las almohadillas de las patas de los gatos son muy sensibles a la nieve, y lamerla puede ocasionar problemas gastrointestinales o rinitis.
Existen diferencias en la tolerancia al frío entre diversas razas de gatos. El umbral de resistencia puede variar según factores como la raza, la edad, la salud y los hábitos del felino. Aquellos con una temperatura corporal media de 38,5°C, como los gatos de pelaje largo (noruego, siberiano, Nebelung, persa, sagrado de Birmania), tienden a soportar bien el frío. En contraste, los gatos "desnudos" como el Sphynx, sin pelo, no son tan aptos para enfrentar bajas temperaturas.
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