Hermosos parajes al pie de la ciudad

El rio de Pontón tiene parajes como éste, de cascadas, presas, pontellas entre el denso arbolado de alisos, que, a medida que avanza va perdiendo masa forestal porque cualquier ribereño desaprensivo provisto de sierra mecánica se encargará de abatirlos.
photo_camera El rio de Pontón tiene parajes como éste, de cascadas, presas, pontellas entre el denso arbolado de alisos, que, a medida que avanza va perdiendo masa forestal porque cualquier ribereño desaprensivo provisto de sierra mecánica se encargará de abatirlos.
Una ruta en las cercanías de la ciudad para hacer en una mañana cualquiera de cualquier estación, casi sin asfalto el recorrido lo que en estos tiempos cosa rara porque hoy te embetunan hasta el carnet de identidad como se comprueba cuando te das una vuelta por ahí, pasan hasta horas y ningún vehículo transita por estas pistas asfaltadas. Un derroche que no se sabe cómo pueden soportar las arcas públicas

El desarrollo de la caminata, siempre por pistas térreas, depara un cierto esfuerzo al comienzo pero llevadero por los lugares que se atraviesan en los que no es raro el jabalí, el corzo, e insistente, el graznido del arrendajo. Poco más de decena de kilómetros que discurren entre los municipios de Barbadás y San Cibrao.

Partimos de la parroquial de Barbadás, y dejando el velatorio a derecha, pasaremos por amurada corredoira, hasta alcanzar pista paralela a ctra. de Celanova, debajo de la cual transitaremos al lado del centro Transfronterizo, para desviarnos a izquierda, una subidilla y de nuevo a derecha hasta cruzar el rio de Pontón, aldea próxima donde tomaremos a izquierda hacia la cima de Outeiro Calvo, dejando a siniestra cantera en desuso, cuando nos desviamos al final de la subida a derecha entre madroños(érbedos) y alcornoques( sobreiras) que es cuando avistamos los primeros chalets de Outeiro Calvo, ladrantes canes mediante, aldea celebrada por el suceso del lobo o acaso de un asilvestrado can que mataría a un niño. Seguimos atravesándola y casi al final tomaremos por térreo camino que plácido va hacia Vilanova. Por esta aldea que se llamaba Vilanova de Rante hemos de soportar varias centenas de metros por el asfalto, hasta que en la primera granja a derecha bajarás por camino erosionado por la pluviosidad como todos allí donde el trazado se empine. Pasada carretera de nuevo embocaremos de frente a derecha, cuando en lo alto campo de fútbol de artificial yerba, y continuando, un poste indicador dirá área da Boutureira, esa fluvial de presa, maderero puente y subsiguiente molino restaurado, vandalizada poco ha. Ahí se junta el regato de Pontón con un afluente que le nutre desde A Manchica-Parderrubias. Este río que a veces se seca fue capaz de la gran riada del 45 que formaría un lago desde Os Ponxos a Vilaescusa y dejaría tras de sí unos cuantos ahogados entre los que el hijo del molinero de Pontón. Continuando por pista tomaremos sendero a derecha que nos ubicará en el lugar de Pousafoles pasando una pontella, con presa al abrigo de robustos alisos, precedida de molino muy encima del cauce al que conducida el agua desde arriba. Una pista sin exigencia por el pinar y luego madroños y carballos nos va llevando hasta Pontón, por una ruta en la que puedes encontrarte un jabalí, un corzo y si la suerte fuese mucha, hasta un lobo, con capilla a san Bernabé, y desde aquí al lugar de coches.

Datos de la ruta

  • Distancia: 11 km
  • Tiempo: 3 horas
  • Dificultad: Baja
  • Ver: Iglesia de Barbadás, área Boutureira, molinos, pontellas, Capilla de San Roque.
PONTÓN - VILANOVA - BOUTUREIRA
PONTÓN - VILANOVA - BOUTUREIRA

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