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Feito en Ourense

Cada día veo más empresas exitosas en provincias lejanas de las capitales. En zonas rurales donde antes había pastos ahora veo tecnología

Soy optimista sobre la evolución de las empresas de aquí a unos meses. Junto a la catástrofe sanitaria es palpable una degeneración general del tejido empresarial, pero tras el éxito sanitario de las vacunas estoy convencido de que encaminamos la senda de la recuperación económica. En Ourense, desgraciadamente, casi desconocemos qué es el entretiempo. Nuestros armarios no aceptan más ropa que de invierno o de verano. Pero en las empresas el termómetro cambia más suave, existe el entretiempo y el ir tirando poco a poco para llegar a la recuperación que se merecen los empresarios. 

La sociedad en estos meses ha cambiado tanto que las empresas también tendrán que recuperarse con una gran versatilidad. Para triunfar deberán analizar y estudiar qué necesidades pueden cubrir en el nuevo escenario, como Frida Kahlo cuando comenzó a pintar. Kahlo, tras recuperarse de las heridas de un terrible accidente decidió dejar a un lado sus ideas sobre medicina y comenzó su carrera como pintora. ¿Quién puede negar la posibilidad que después de una crisis como ésta tu empresa cambie por completo y tengas el éxito en tus manos? La artista mexicana hizo de su dolor su aliado y lo proyectó durante toda su exitosa obra. 

Los jóvenes que han empezado hace pocos años a empujar sus empresas aquí, en Ourense, deben considerar que esta marea vírica que ha arrollado a gran cantidad de familias, en lo personal y en lo económico, seguro que es la oportunidad para darle una vuelta a su sueño y conseguir uno mayor. Desde aquí podemos llegar muy lejos. Aquí nos conocemos todos, siempre hay un amigo en el banco, en la oficina de la Seguridad Social o en Hacienda para echarnos una mano, para seguir adelante o para pulir esa idea que apunté el otro día aprovechando una servilleta de algún lugar de la rúa dos Fornos. 

Muchas veces nos falta coraje frente al miedo, decisión de ir hacia adelante, pero no a 1 metro, sino a un kilómetro más lejos. No debemos tener envidia de las grandes capitales sino mirarlas de frente, de igual a igual. Cuando un fondo de inversión invierte en un negocio no invierte porque está en Madrid, en París o en Silicon Valley. El dinero busca más dinero, esté donde esté. Ourense ¡es el centro del mundo! Y en nuestro talento y capacidad de desarrollo de nuestras ideas es donde miran los inversores, en nuestras cabezas y capacidades y no en el mapa mundi. Cada día veo más empresas exitosas en provincias lejanas de las capitales. En zonas rurales donde antes había pastos ahora veo tecnología. 

Entre todos hemos convertido el mundo en más global que nunca y debemos aprovechar las oportunidades de crecimiento allí donde se encuentren. Muchas veces escuché que si triunfabas en Burgos, en Ourense o en Huesca el mundo estaría a tus pies y llegarías a la Quinta Avenida. Pero ese pensamiento se queda en las mentes, no se llega a ejecutar

porque menos del 10% de los empresarios piensan en global a la hora de desarrollar sus productos y menos aún para venderlos. Gran parte de la producción gallega es exportable nacional e internacionalmente, por lo que sin descuidar la solidez del mercado doméstico debemos pensar en otros mercados para exportar parte de nuestra producción. El mercado local es limitado, pero nuestros negocios no lo son. 

Empresarialmente tenemos mucha guerra que dar desde Ourense, Galicia y España. Porque sabemos hacer las cosas muy bien tanto individual como en conjunto. Entre todos debemos poner nombre a la industria gallega, desde la agroalimentaria hasta la tecnológica. No se trata de que una empresa exporte más que otra, sino que toda la industria ourensana se quite el miedo de pelearse en otras plazas contra peores, sí, peores competidores. 

Trabajemos e invirtamos nosotros. Escuchamos cantos de sirena con todo el dinero público que va a correr por España de los fondos Next Generation de la UE. Una promesa de más de 750.000 millones para solventar las consecuencias económicas y sociales de la pandemia. Pues ahora comienza la fase de decidir cómo usar todo el dinero y mi experiencia me dice que lo utilizarán en primera persona. Es decir, que las inversiones se harán allí donde sea más rentable para el que reparte. Sin más. Aprovechando que mañana celebramos el Día das letras Galegas permitidme utilizar palabras de Rosalía de Castro para recomendaros mantener vuestros negocios libres, separando la inversión privada de la pública, para evitar ataduras que no nos permitan girar el timón cuando queramos: “... libre, libre como los pájaros, como las brisas, como los árabes en el desierto y el pirata en el mar”.

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