DENOMINACIÓN DE ORIGEN

Grelos, nabizas y nabos, la trinidad del campo

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photo_camera Aumenta el consumo de nabizas, grelos y nabos.

Son amargos, como la verdad misma y constituyen uno de los iconos de nuestra gastronomía. Desde 2009 los grelos de Galicia cuentan con un sello de indicación geográfica protegida. Recientes estudios que revelaron su valor anticancerígeno mejoraron su humilde imagen

¿Grelos o nabizas? Hay quienes confunden unos con otras. Y al revés, a veces escuchamos discusiones en las que se tercia que son dos vegetales diferentes. El grelo y la nabiza tienen la misma raíz: el nabo. Los tres productos, nabo, nabiza y grelo proceden de la misma planta, la especie  Brassica rapa, conocida comúnmente como nabo. Mientras el nabo se destina como alimento del ganado, la parte aérea, tallos y hojas se recolectan para consumo humano. Ese follaje es la nabiza. Pero el que se recolecta  cuando la planta grela, término en gallego que define el momento de su floración, es el grelo.


Los grelos tienen marca propia en Galicia gracias a la indicación geográfica protegida que se constituyó en 2009. La IGP reconoce las variedades o ecotipos denominados Santiago y Lugo, así como los registrados con los nombres de Grelos de Santiago y Globo Blanco de Lugo. Las nabizas están presentes en el mercado desde el mes de octube a finales de diciembre. Los primeros grelos llegan en los últimos días de diciembre o primeros de enero hasta finales de febrero o primeras semanas de marzo, en función de las condiciones climáticas y la zona de cultivo. Este año, con un tiempo tan alterado se retrasó la campaña de la nabiza y también la de los grelos.


Cuando ya han florecido dejan de ser comestibles, por la sencilla razón de que no hay manera de que ablanden por mucho que se cuezan.


Durante años, los grelos fueron vituperados, pues se les asociaba a una enfermedad endémica que se daba en algunas zonas del interior de Galicia: el bocio por hipotiroidismo. También se desaconsejaba su consumo a quienes tenían problemas con el ácido úrico. Su mala imagen desapareció como la del aceite de oliva, los pescados azules y tantos otros alimentos injustamente denigrados. Hoy se reconoce que contribuye a una dieta saludable por sus aportaciones de vitaminas como la C, ácido fólico, calcio y, sobre todo, la presencia de glucosinolatos, que además de ser los que le aportan el gusto amargo constituyen un importante antioxidante y anticancerígeno.
Desde que existe la IGP, los grelos han subido en el escalafón, a los productos alimenticios de calidad, sobre todo fuera de Galicia, lo que ha contribuido al crecimiento de su mercado. Hoy día están disponibles en fresco, congelados y en conserva y el número de empresas envasadoras se ha multiplicado por cuatro.

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