Unos vecinos alertaban al ganadero Jesús Núñez en la mañana del viernes de que una de sus vacas estaba muerta y estaba siendo comida por los lobos. “Eu non sei si a mataron os lobos ou non, o día anterior estaba ben e esa mañán chamáronme para decirme que estaba morta”, resume el ganadero, vecino de A Encomenda, quien posee alrededor de dieciséis cabezas de ganado sueltas en la sierra de Trives. Cada día sube a verlas y a echarle comida, pero la mañana del viernes fue distinta ya que se percató de que había perdido una de sus reses.
Núñez dice desconocer si los propios cánidos mataron a la vaca o se la encontraron ya muerta en uno de sus habituales paseos por la zona, ya que sí los tiene visto por la zona: “Hai polo menos tres ou catro que andan xuntos”, dice el ganadero. En la zona explican que el lobo va perdiendo casi por completo el miedo al hombre y se acerca algo más a las poblaciones, dejando verse incluso durante el día.
El ganadero, quien duda sobre la autoría de la muerte de su res, sí lamenta que parezca más importante la defensa y protección del loco y del jabalí que la del propio ganado. “Isto nuns anos xa non vai haber quen o continúe”, lamenta Jesús Núñez.
No es extraño ver a los lobos devorando a reses muertas, de ahí el debate abierto de si es mejor retirar el animal o dejar su cadáver para alimento de estos animales.