El regreso de las bajas temperaturas a partir del pasado miércoles tuvo un efecto inmediato en Manzaneda. Ayer, la estación de esquí recibió a cientos de aficionados con la buena nueva de que finalmente la reciente nevada caída en las últimas horas permitió abrir 14 pistas acondicionadas para la práctica de deportes invernales. Sin embargo, el día no comenzó sin desafíos, ya que las fuertes ráfagas de viento impidieron la apertura temprana, creando una larga cola en las taquillas que se extendió hasta las 10,30 horas.
A pesar de los obstáculos, la nieve se convirtió en la protagonista indiscutible del día, vistiendo la estación con un manto blanco que alcanzaba hasta metro y medio de espesor en algunas áreas, aunque las zonas expuestas al viento mostraban una menor acumulación. Las condiciones climáticas también mantuvieron cerrado el telesilla principal durante cerca de 40 minutos.
El director de la estación expresó las dificultades enfrentadas debido a las ráfagas de viento: “Levamos traballando toda a noite, pero costounos un pouco arrancar debido aos refachos de vento que tivemos desde as catro da mañá”.
A pesar de los desafíos, las horas de trabajo del personal de la estación permitían una jornada de más de once kilómetros esquiables. Víctor Picos, el director, explicó que, debido a la subida del termómetro y la lluvia “esta noite non poderemos innivar pola suba de temperatura e a auga”, pero expresó su deseo de mantener la nieve durante los próximos quince días para extender la temporada de esquí de este año. La estación está siendo testigo de un destacado incremento en el turismo procedente de Portugal.
A la espera del pronóstico del tiempo, al cierre de esta edición, el equipo de la estación continúa trabajando incansablemente para mantener la mayor cantidad de pistas operativas en función de las condiciones climáticas. La previsión apunta a que la estación abrirá sus puertas este domingo con 11 pistas disponibles para los amantes del esquí, abarcando unos 9 kilómetros de descenso.
