El Concello de Vilamartín pretende que los propietarios se lo cedan para consolidar los restos

El abandono reduce a ruinas el convento de los Trinitarios

El vecino de Correxais Eugenio Delgado muestra los restos del convento ruinoso. (Foto: J.C.)
El convento de los Trinitarios de Correxais abrió sus puertas en 1727, convirtiéndose en uno de los centros espirituales y culturales más importantes de Valdeorras. Esos momentos de esplendor se esfumaron hace años y, actualmente, el monasterio sufre un total abandono. El alcalde de Vilamartín, Enrique Álvarez Barreiro, pretende frenar el deterioro y para ello solicitará la cesión a sus actuales propietarios. Este sería el primer paso, después deberá buscar financiación para consolidar las piedras que aún siguen en pie.
En el pueblo de Correxais (77 habitantes, según el Instituto Nacional de Estadística), los vecinos confían en la buena disposición de la familia que posee los restos del convento a cederlos al Concello. Uno de ellos, Eugenio Delgado García, hace de guía en un rápido recorrido por las ruinas. Mostró la ausencia de cubierta en el edificio principal. En el siglo XVIII, en su interior se impartieron enseñanzas de Filosofía, Moral y Gramática, entre otras materias. Dos siglos más tarde, estas mismas dependencias fueron reconvertidas en escuela rural. En la actualidad, es una auténtica escombrera. Sobre ella se amontonan las maderas y las vigas de las dos plantas superiores, al lado de las pizarras que las cubrían y una gran cantidad de basura. La puerta exterior está abierta y la cinta de plástico que cerraba el paso está rota, existiendo un grave riesgo de accidentes.


RESTOS

El deterioro es aún mayor en el resto del convento. Sin tejado, la maleza y los desperdicios se adueñaron del resto de las partes constructivas. En las puertas que aún no tumbó el abandono pueden verse las cintas de plástico colocadas para impedir el paso y así evitar el peligro que supone pasear por el interior de sus muros, algunos de los cuales fueron aprovechadas para construir casas.

Los vecinos apoyan la recuperación de las ruinas. Sin embargo, estiman que deben ser las administraciones las que asuman esta tarea. 'Ningúen se opón ao arranxo, pero o pobo non pode pagar nada. Reparalo costa moito', dijo Eugenio Delgado. El alcalde comparte la preocupación vecinal. 'Es una obra emblemática para Valdeorras, que tiene de un gran significado para la comarca', afirmó Enrique Álvarez Barreiros. El regidor visitó recientemente el convento para comprobar 'in situ' su desastroso estado de conservación.

Los vilamartineses no son los únicos que defienden la recuperación de los últimos restos del convento. La guía 'Valdeorras. Descrúbea', que editó la Diputación provincial en el año 2009 y que recoge los principales atractivos valdeorreses, también subraya la necesidad de restaurar el monasterio. Lo describe como 'unha marabilla da arquitectura relixiosa que precisaría de restauración'.

Lindando con el convento, se alza la iglesia de San Pedro, un templo del siglo XVII (anterior a la llegada de los Trinitarios.) Los vecinos presumen de las riquezas de este templo, que fue restaurado hace escasos años. Los habitantes de Correxais quieren creer que también llegará la salvación para la abandonada abadía.

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