Valdeorras asimila lo sucedido: “Sen viñas nin castiñeiros”

Una viña quemada en A Veiga de Cascallá (Rubiá) (ÓSCAR PINAL).
photo_camera Una viña quemada en A Veiga de Cascallá (Rubiá) (ÓSCAR PINAL).

Con el incendio en vías de control y la tierra aún enfriándose tras nueve días de llamaradas, los valdeorreses pasan a cuantificar daños. Además de los más graves, las casas quemadas, cultivos enteros fueron arrasados por una lumbre voraz.

 

Los valdeorreses pudieron, por fin, respirar aire fresco. En el noveno día de actividad del incendio solo era notable la tierra humeante en algunos puntos de la comarca, pero las llamas prácticamente habían desaparecido. Ningún pueblo amenazado. Ahora, es tiempo de cuantificar daños y recuperar la normalidad en un paraje desolado.

De los daños materiales, los que más hay que lamentar son los de aquellas viviendas devoradas por el fuego. Pero no son los únicos. Habrá que esperar para ver el impacto en el turismo rural, con el valle y parte del Parque Natural Serra da Enciña da Lastra devastado; así como en el sector silvícola, y también en la agricultura. La montaña valdeorresa está poblada de sotos y viñas, siendo una fuente importante de dinero en muchos hogares que ven en el cultivo de castaños y cepas un ingreso extra. En ocasiones, este ingreso puede ser de miles de euros.

Elena García, vecina de la parroquia barquense de Millarouso, se refiere a la pérdida de castaños: “Aquí non quedou nada, nin para coller o magosto”. La zona donde vive ya fue duramente golpeada por otro gran incendio forestal, el de Santigoso, en 2012. “Xa do outro incendio recuperaron poucos, pero arderon todos”, se lamenta.

El azote de las llamas no indultó a la viticultura, un sector importante en la economía comarcal. En las viñas también se puede oler el empalagoso olor a quemado que desprende el monte negro tras ser arrasado. A pesar de que los cultivos de vid resisten bien la propagación del fuego si están desbrozados -muchos de ellos resistieron en zonas donde la lumbre mostró gran virulencia-, preocupan los daños producidos por el incendio. En algunas viñas quedaron calcinadas las plantas situadas más al borde, mientras que otras sufrieron una mayor afectación, bien quemándose buena parte de ellas o directamente enteras.

A García le ardieron unas viñas que tenía en la vecina parroquia de Coedo. Desde la lejanía contemplaron la zona en la que estaban: “Vimos de lonxe todo queimado. Arderían todas, nin fomos alí”, dice. El incendio arrasaba, con el paso de las horas, todo lo que no había asolado durante la jornada del domingo, la más dura en la zona de estas parroquias.

Otro propietario de cultivos afectados por el incendio es Manuel Núñez, del pueblo de Soulecín, en la parroquia de Santigoso. “Tiña sobre 25 castiñeiros”, tal y como cifra, en la parroquia de Santa Mariña, uno de tantos pueblos en los que el fuego llamó a la puerta de las casas. “Arderon todos”, dice resignado. Y es que para él eran un ingreso extra de gran magnitud. “No tempo das castañas pido as vacacións para collelas”, comenta. Pero “agora xa nada”.

EL SILFEST INSTALA UNA HUCHA PARA DONATIVOS

Personalidades como Iker Casillas o el humorista Touriñán dieron ánimos a los valdeorreses en un vídeo publicado en las redes del SilFest. El festival barquense, de hecho, puso a la venta en su web (silfestvaldeorras.com) entradas de fila 0 para ayudar a los afectados mediante Cruz Roja, y dispuso una hucha para donativos en el recinto donde se celebra. Uno de los artistas, Alberto&García, también se implicó; los beneficios de su merchandising en el festival serán donados.

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