Carballeda renueva el Camino de Invierno con nuevas sendas

Los peregrinos que elijan la opción del Camiño de Inverno ya disfrutan de una ruta muy cambiada en algunos de los tramos del término municipal de Carballeda. La mejora de la senda y su encaje en el entorno natural sobre la que fue construida son dos de los objetivos que persigue su alcaldesa, María del Carmen González Quintela, que también apuesta por la mejora de los servicios que los viajeros pueden encontrar en Sobradelo, como la casa que será recuperada para albergue, con una inversión de 188.687 euros, que financiarán las arcas autonómicas.

La Xunta también está detrás de la mejora del camino que recorren los peregrinos que, partiendo del pueblo de Pumares, acceden a Sobradelo por la parte antigua de la localidad. Los últimos metros ya caminan sobre el piso de cemento de un paseo labrado entre la pizarra de una ladera sobre cuya parte inferior discurre la vía del ferrocarril que sigue el cauce del río Sil, a escasos metros de su orilla derecha.

La primera fase del acondicionamiento del camino está prácticamente finalizada, pues únicamente resta pintar la baranda metálica colocada en varios tramos de la pista. No desentona con un paisaje que incorporó un pequeño murete construido en pizarra para evitar cualquier miedo a caer por la ladera, pero que también sirve de asiento. La segunda etapa del proyecto seguirá las mismas directrices, continuándolo hacia el pueblo de Pumares.

Antes de alcanzar Sobradelo está uno de los lugares que los vecinos denominan “rincones del Camino”. Aprovechando las orillas de un arroyo cuyas aguas, después de superar una fervenza, discurren bajo un puente del Camino Real, los alumnos del obradoiro y el personal del plan de empleo rural prepararon un espacio para que los peregrinos reposen y se refresquen. Para su construcción recurrieron a viejas traviesas de madera y la roca del lugar: la pizarra.