El aumento del paro genera la recuperación de huertas y viñas que llevaban años abandonadas

La crisis da vida al rural valdeorrés

Un barquense labrando la tiera
El goteo de empleos que todos los días pierde el sector de la pizarra a causa de la crisis favorece el retorno de la población al rural. Huertas y viñas abandonadas vuelven a trabajarse para ayudar al subsidio de desempleo y en previsión de un futuro incierto. “Os fins de semana, ves que a xente labra a terra outra vez”, dijo Pedro Rodríguez, de Xóvenes Agricultores. A su vez, las tiendas de artículos agrícolas aumentan las ventas de productos para autoconsumo, como las plantas de lechuga o las patatas de siembra.
Fueron los llamados “desertores del arado”, personas que abandonaron el campo para buscar trabajo en los polos industriales. Ahora, la crisis les lleva a emprender este mismo viaje, pero en sentido inverso. “Os fins de semana, vas aos pobos e ves a moita xente labrando a terra outra vez. Se nota que a xente da cidade ven sementar, moitos tiñan unha hortiña abandoada e voltan a traballala”, precisa el responsable trivés de Xóvenes Agricultores.

Hace años que un buen número de triveses utilizaba la OU-636 hacia la comarca valdeorresa, atraído por el “pleno empleo” de la pizarra y los trabajos indirectos que genera. Todo comenzó cuando el sector vivía momentos de bonanza. En la actualidad, la situación es radicalmente distinta, como si el llamado “oro negro” perteneciese a un pasado muy lejano.

En los últimos meses del 2008, la crisis comenzó a castigar a la comarca con un goteo persistente de trabajadores de la pizarra que se incorporan a las listas del paro. Muchos de ellos echan mano de las viejas huertas y viñedos de la familia. Las abandonaron en busca del dinero fácil de la pizarra y vuelven a ellas para trabajarlas.

“Ahora ves la tierra labrada. Antes, sólo se observaba algún que otro trabajo de abono. Este año fueron comprados muchos tractores para abonar las huertas pequeñas”, dijo María del Carmen González, alcaldesa de Carballeda de Valdeorras, Concello que concentra el grueso de la actividad pizarrera gallega. Poco después, el regidor de Rubiá, Elías Rodríguez, confirmaba que “si se empeza a notar que algunha xente volve a traballar as viñas”.

De la crisis no se libran ni las tiendas de productos agrícolas, que también sufren importantes mermas en parte de su actividad, fundamentalmente en la demanda de artículos para “hobbys” -como las cortadoras de césped- y los destinados al cuidado de las mascotas. Lo apuntaron los responsables de los establecimientos Plantoval y Agricentro, respectivamente. Sin embargo, también aquí aprecian un aumento en las ventas de plantas para la huerta, como lechugas o semillas de patatas.

“As hortas e viñas abandoadas voltan a ser traballadas. Si se aprecia unha tendencia neste sentido. É lóxico. Sempre se traballou a agricultura con outra actividade, se falla esta é normal que se volten a aproveitar as hortas”, comentaron fuentes de la Consellería de Medio Rural.

Los problemas económicos no sólo conseguirán recuperar terrenos abandonados hace años, también parecen apuntar hacia la repoblación de los núcleos rurales. “A xente escomeza a preguntar polas casas dos pobos”, explica el alcalde de Rubiá, Elías Rodríguez. Añade que este interés por las viviendas del rural comienza a palparse en pueblos como Robledo o Porto.

Muchas de estas personas son emigrantes que perdieron su trabajo en la ciudad -Madrid y Barcelona, fundamentalmente- y que retornan a su concello natal en busca de empleo. En su viaje de regreso al pueblo se cruzan con otros muchos que abandonan la comarca, como las familias portuguesas que hicieron de Carballeda el Concello con mayor proporción de extranjeros de Galicia, y que regresan a su país al quedar sin trabajo.

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