Coronavirus

El geriátrico de O Barco presentaba graves anomalías

photo_camera Los sanitarios de una ambulancia esperan a los residentes que llevarán a Os Miragres. (FOTO: J.C.)
La Xunta decidió intervenir esta residencia privada y derivar seis internos hacia Os Milagros

Las "malas condiciones" en las que estaba la residencia Nuestra Señora de Fátima, en O Barco de Valdeorras, informadas ayer por la mañana por la Inspección de Sanidade, llevaron a la Xunta a acordar su intervención. La documentación de los inspectores refleja que su funcionamiento estaba lejos del correcto –actualmente "un desmadre", según fuentes de Política Social–, por lo que el Ejecutivo autonómico decidió tomar la decisión de intervenirlo, buscando garantizar el bienestar de los usuarios, con ya 60 contagiados –a los que se suman otros 32 trabajadores–.

La de O Barco es la tercera residencia privada que interviene el Gobierno autonómico. Antes lo hizo con la de Domusvi Barreiro, en Vigo, y Domusvi Cangas, siempre en calidad de autoridad competente. La Xunta tomó la decisión amparándose en el apartado tercero de la orden del Ministerio de Sanidad SND/275/2020, del 23 de marzo. El siguiente paso de la Administración autonómica será designar a un empleado público para dirigir y coordinar la actividad asistencial de la residencia privada y así "garantir así a correcta aplicación dos protocolos e a supervisión médica de tódalas persoas maiores que residen alí. A persoa designada polo Goberno autonómico disporá de todos os recursos materiais e humanos neste centro".

El Gobierno autonómico anunció el acuerdo horas después de que seis residentes viajasen a la residencia integrada de Os Miragres, en Baños de Molgas. Fueron llevados en coches de Ambulancias Sil, pero no fueron los primeros, pues  las autoridades sanitarias ya habían envíado otros dos, a principios de semana. Estos cambios de residencia siempre fueron acordados por la autoridad sanitaria "en función de criterios médicos", según aseguró Política Social.

92 contagiados

Todas estas medidas fueron tomadas el mismo día en que se ampliaba la lista de contagiados, que suma ya 60 positivos entre los residentes y 32 en empleados de la residencia barquense. A este dato, la Consellería de Política Social le añadió el fallecimiento de una persona en el centro. Es obligado considerar que del establecimiento barquense procede buena parte de los enfermos de coronavirus que ingresaron en el Hospital de Valdeorras, donde las muertes por COVID-19 que informó el Sergas ya alcanzan la docena. 

Los datos de positivos situaron a la residencia barquense como el segundo foco de infección de la provincia en número de positivos, estando por encima únicamente la de Nuestra Señora de la Esperanza. El riesgo de propagación de la infección que supone preocupa, y mucho, en toda la comarca valdeorresa. A solicitud del Concello, la UME desplazó el 25 de marzo un grupo de 21 efectivos para desinfectar el establecimiento. Mañana, lunes, esta misma labor será desarrollada por un equipo de la Diputación.

La nueva batería de medidas espera servir para controlar el foco, del que se ha conocido su magnitud tras los resultados de los test. La residencia, que tenía antes de la explosión de la pandemia la mitad de las plazas libres, contará ahora con la gestión y trabajadores de la Xunta de Galicia para atender a los usuarios que continúan en el centro. En el interior, según explicó el Concello, días atrás los positivos confirmados habían sido trasladados a la séptima plaza y los mayores con síntomas, a la sexta. 

La Xunta incorpora a 23 trabajadores al centro

La Xunta confirmó ayer el próximo desplazamiento hasta la residencia Nuestra Señora de Fátima de un equipo de trabajadores, formado por 5 enfermeras del Sergas  y 18 personas de la Consellería de Política Social: 15 auxiliares y 3 trabajadores de apoyo. Las dificultades para cubrir las bajas de la plantilla del geriátrico de O Barco cuando hizo acto de presencia la pandemia del coronavirus se convirtieron en un serio problema y lo obligaron a buscar sustitutos entre las reticencias de muchos posibles interesados.Así las cosas, no resulta extraño que CC. OO. criticase el envío de "coidadoras da Consellería de Educación residentes na cidade de Ourense" a residencias privadas como la Fundación Nuestra Señora de Fátima, a pesar de la "fatiga" falta de formación y "carga de traballo". 

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