Más de 400 personas recorrieron la 'Ruta dos Fornos' de Celavente (O Bolo) para degustar los productos autóctonos elaborados al estilo más tradicional. En cada horno -seis en total-, pincho y vinito. Todo un placer.

Horno y pinchos en O Bolo

Reparto de castañas en uno de los fornos incluidos en el recorrido. (Foto: LUIS BLANCO)
Se superaron las expectativas este año en la 'Ruta dos Fornos' de Celavente, en O Bolo, con la participación de más de 400 personas -410, según datos de la organización y correspondientes a las entradas vendidas-, que recorrieron los 4,5 kilómetros a lo largo de los que se reparten los seis hornos rehabilitados por la asociación de animación rural Celavente en 2007, con fondos aportados por Agader.
A esta quinta edición acudieron, además de vecinos y visitantes procedentes de toda la comarca, 'gente que se acercó desde Barcelona, Madrid o Ponferrada, que tienen familiares aquí o les han informado de esta fiesta', explicó Alberto Vázquez, presidente de la asociación de animación rural de Celavente, organizadora de esta ruta gastronómica y etnológica.

Por sólo 12 euros, los inscritos pudieron aunar deporte -con una ruta senderista muy asequible-, conocimiento de los viejos modos de hacer artesanos y platos populares. Cada horno ofrecía un producto, 'en uno chorizo, en otro empanada de carne, otro daba jamón asado, en otro se podía degustar la tradicional torta de roxós y en otro el no menos propio bizcocho de este municipio valdeorrés', desgranó Vázquez.

Como novedad, este año se ha montado en la última estación de esta particular ruta un taller de alfarería de Niñodaguia y un expositor con productos artesanos elaborados en la vecina localidad de Quiroga, consistentes en mermeladas de frutos del bosque y castañas elaboradas de diversas formas.

Tras el recorrido por las seis estaciones de esta particular ruta, que cada año gana más adeptos -'en esta ocasión hemos tenido más gente que el año pasado, entre otras cosas, creo que porque nos ha acompañado el buen tiempo', señaló Alberto Vázquez-, se pasó a disfrutar de una fiesta amenizada por una charanga y una discoteca móvil, que se prolongó durante toda la tarde.

Los participantes pudieron visitar, además de los viejos hornos recuperados, un sendero de castañas, 'que es de un particular y se ha incorporado el año pasado, aunque todavía está pendiente de rstauración', apuntó el presidente de la asociación de animación rural Celavente, punto de cita obligada cada mes de abril.

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