INVESTIGACIÓN

Investigadores analizan los colmenares de piedra de Casaio

Las alvarizas o colmenares de piedra de Casaio presentan un alto grado de concentración.
photo_camera Las alvarizas o colmenares de piedra de Casaio presentan un alto grado de concentración.
Consideran que este medio centenar de alvarizas debe ser protegido por su valor patrimonial

Un equipo formado por investigadores de Sputnik Labrego y Apatrigal (Asociación para a Defensa do Patrimonio Galego) dedicó tres días a estudiar los colmenares tradicionales, también denominados "alvarizas" de Casaio. Los trabajos buscan solicitar medidas de protección para un patrimonio "que merece la pena conservar", según dijo Carlos Tejerizo, director de la investigación.

El elevado número de colmenares localizado en estos parajes de Carballeda de Valdeorras llamó la atención de Carme Toba, perteneciente a Apatrigal, quien recordó que este tipo de construcciones está protegido por la Lei de Patrimonio.

Durante su estancia en los montes de Casaio, el grupo contabilizó medio centenar de estos conjuntos, si bien, el número podría haber sido mayor en su día y posiblemente alcanzaría los 70 colmenares, aunque algunos de ellos podrían haber sido destruidos posteriormente. Los integrantes de Sputnik Labrego diseccionan la gestión tradicional del territorio, dentro de las actividades que promueve el Instituto de Ciencias del Patrimonio (Incipit), entidad que pertenece al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Durante su estancia en Casaio, visitaron 35 alvarizas, repartidas fundamentalmente en tres zonas, algunas de ellas en un estado de abandono prácticamente total.

"Queremos ponerlas en valor y darles protección. Es un patrimonio que merece la pena conservar", explicó Carlos Tejerizo. Una vez abandonados los montes de Carballeda, comenzará el trabajo de investigación en los archivos, una labor que será fundamental para determinar la antigüedad de los colmenares. "Poseen importancia patrimonial e histórica", añadió el investigador.

Carlos Tejerizo resaltó el objetivo de los trabajos: "El patrimonio etnográfico de Casaio y Valdeorras debe empezar a cobrar sentido". Añadió que el estudio de las alvarizas, de los chozos de la guerrilla antifranquista y de las pinturas rupestres permitirá "encajar cómo se desarrolló Casaio".


Antecedente


A la espera de conocer las referencias más antiguas de estas construcciones, el equipo ya cuenta con el antecedente de que las alvarizas aparecen reflejadas en el Catastro de Ensenada, datado en el siglo XVIII. Sin embargo, todo apunta a que algunas pueden ser anteriores. En Casaio, la alta concentración de estos elementos patrimoniales invita a pensar que, hace algunos años, fue un centro importante de producción de miel. No solo eso, también tendría importancia la comercialización de la cera, un elemento imprescindible en unos tiempos en los que no existía la luz eléctrica para la iluminación.

El alto coste de estas construcciones, alguna de ellas dotada con un muro de protección contra los osos cuya altura alcanza los cuatro metros, también fue tomado en consideración a la hora de señalar la existencia de una organización muy fuerte. Este sistema permitiría la comercialización de todos los productos extraídos de las alvarizas.

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