Los rueses vivieron ayer una jornada muy especial, por tres motivos. En primer lugar, el de amistad, al cumplirse el 20 aniversario de su hermanamiento con el ayuntamiento de Almendralejo (Badajoz); el segundo, sentimental, al homenajear a sus mayores; y el tercero, gastrofestivo, al celebrarse la 14ª Festa do Codillo.
Todo comenzó en el centro cultural Avenida. Aquí, la banda de gaitas Abertal abrió un programa que tuvo como protagonistas a los mayores de A Rúa y que llevó al escenario del auditorio a representantes del Centro de Día y las residencias Nuestra Señora de Fátima y Los Pinos, María del Carmen Estévez, Isabel García y Ana Quintana, respectivamente. Cada una de ellas fue acompañada por un usuario de su centro. Las tres, recibieron sendas placas del Concello, entregadas por otros tantos miembros de la Corporación municipal, José Vicente Solarat, Luis Fernández Gudiña y María González Albert.
Ángeles Prada Regueiro “Geles” puso “cara a nuestros mayores”, como explicó el presentador, Jorge Isla, de la persona que habló en representación del colectivo rues de mayores. A sus 90 años, continúa al frente de una mercería en la localidad ruesa. En este caso, fue el alcalde, Álvaro Fernández López, quien le entregó el obsequio de recuerdo del acto.
Inmediatamente, arrancó la celebración del 20 aniversario del hermanamiento A Rúa-Almendralejo, iniciado a raíz del ascenso del Extremadura U.D. a Primera División, equipo que realizó la pretemporada en la localidad ruesa. Después de que una pareja artística, formada por Carmen Puente “La Parreña” y Paulo Molina, acercasen a Valdeorras una muestra del folclore de la ciudad extremeña, dos exjugadores del club, Antonio Álvarez “Ito” -también exjugador del R.C. Celta- y Pepe Tirado recordaron aquella campaña, que este último consideró “la pretemporada más maravillosa que hice”. Inmediatamente, los alcaldes rues y almedralejense, Álvaro Fernández y José María Rodríguez, intercambiarían regalos en los últimos momentos del acto.
El evento gastronómico se desarrolló en el pabellón Victorino Núñez. Ahí, unas mil personas degustaron 500 kilos de codillo, 300 de patatas, 300 de grelos, 140 de chorizos y 80 bicas en una comida que animó la charanga NBA.
