El sector de la pizarra, que tiene el 55 % de la producción estatal en Galicia, se muestra optimista respecto a los resultados de 2023. La facturación de las exportaciones durante el primer semestre del año, 206,96 millones de euros, supone un aumento del 8,6 % respecto al mismo periodo la del ejercicio anterior. en todo caso, no sucede lo mismo con las previsiones para 2024, debido a la amenaza de aumento de los intereses, el encarecimiento de las hipotecas el descenso de la venta de viviendas. “Las perspectivas para este año son buenas pero para el que viene son menos optimistas. No se venden pisos”, aseguraron fuentes de los pizarristas.
Las cifras de la primera mitad del año son buenas gracias al incremento del precio medio de la pizarra, 862 euros la tonelada, que elevó en casi un 16 % el de hace un año, según los datos que manejan los industriales. Este incremento permite afrontar las reiteradas subidas de los costes que soporta la producción de un sector que representa aproximadamente el 26 % del producto interior bruto (PIB) de Valdeorras y que en Galicia genera aproximadamente 2.550 empleos directos, buena parte de ellos en la comarca.
Podrían ser más los puestos de trabajo del sector, pero las canteras tienen serios problemas para cubrir jubilaciones y encontrar mano de obra en la comarca. Esta situación está propiciando el desembarco de un número elevado de operarios de muy distintas nacionalidades. “Los que se contratan son extranjeros”, explicaron fuentes del empresariado, quienes apuntaron que llegan de lugares tan lejanos como Ucrania, Rumanía, Pakistán, Siria o Sudamérica, entre otros.
La multiculturalidad cada vez mayor que existe en el sector pizarrero favorece que en el padrón de un concello como el de O Barco de Valdeorras pudieran encontrarse hasta 50 nacionalidades distintas, excluida la española, en los datos provisionales de junio, cuando la población alcanzó los 13.334 habitantes.
Desde los sindicatos atribuyeron estos problemas para encontrar trabajadores a unos salarios que llevan a los desempleados a buscar trabajo en otros sectores.
Ventas
“Se produce menos y lo que hay se vende”, apuntan los pizarristas aludiendo a unas exportaciones que en volumen descendieron un 6,2 % respecto al primer semestre de 2022, situándose en 238.878 toneladas. La cifra la más baja del último quinquenio con la excepción de la de 2020, en plena pandemia del covid-19, cuando las ventas en el exterior se quedaron en 213.629 toneladas.
Francia sigue siendo el principal destino de la piedra que mueve la economía valdeorresa. Hacia el país vecino viajaron 115.527, o lo que es lo mismo, más del 48 % del total. Sus compras en el primer semestre aumentaron un 2 %, un porcentaje muy inferior al incremento de su coste: el 20 % (95,90 millones de euros).
Reino Unido también es un buen destino, aunque a mucha distancia del francés, pues importó 66.492 toneladas, un 5 % menos que hace un año. A continuación se sitúan Alemania (21.710 toneladas), Bélgica (10.823) y uno de los destinos que centran las perspectivas de futuro de las canteras, Estados Unidos (5.398), que ya supera uno tradicional, Irlanda (5.327).
Entre enero y junio las canteras españolas exportaron pizarra a 36 países, además de otros 15 en los cuales los envíos fueron testimoniales (inferiores a 10 toneladas).
