Sale a consulta de los vecinos la futura travesía de O Barco

El alcalde de O Barco, Alfredo García (J.C.)
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Un estudio, estimado en cinco millones, prevé obras de humanización de la carretera N-536 de O Barco

El estudio de humanización de la travesía de la carretera N-536 en O Barco ya está en manos del Concello. Elaborado por la consultora Enurcoin, los vecinos podrán trasladar sus opiniones a los gobernantes locales hasta el 10 de abril, accediendo a la página web del Concello: “https://www.sede.concellodobarco.org/quejas-sugerencias/nuevo-aviso/”, según explicó ayer el alcalde, Alfredo García Rodríguez, durante la presentación.

El estudio abarca el tramo de travesía comprendido entre el entorno de la superficie comercial de A Proba y las instalaciones de la ITV, en Viloira. Los planes municipales pasan por ejecutarlo una vez finalice la construcción de la carretera de la circunvalación y la eliminación del tráfico pesado del centro de la villa. Su coste fue estimado en torno a los 5 millones de euros y lo asumirá íntegramente el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, con fondos Next Generation.

El alcalde recordó la alusión del secretario general de Infraestructuras, Xavier Flores,  al plan de humanización de la N-536. “Quiere decir que era conocedor del proyecto y que lo tiene como una prioridad”. Recordó que esta infraestructura plantea dos problemas principales, el exceso de tráfico en el centro de la villa y que al ser carretera nacional afecta de forma negativa a muchos solares, fundamentalmente los ubicados entre el arroyo Mariñán y A Proba. A este respecto, explicó que al tratarse de una nacional no se puede construir a menos de 25 metros del borde, o 50 metros en las rotondas. “La solución es muy sencilla. Cuando se termine la carretera de circunvalación, el Concello asuma la N-536 y pase a ser una calle más”, dijo el alcalde, quien aceptó la propuesta del Ministerio si este asumía una última remodelación del vial mediante un convenio que deberá estar firmado antes del 31 de diciembre. “Transformaremos una carretera en un bulevar, una zona de paseo”, explicó Alfredo García.

Para ello se ensancharán las aceras donde se pueda, poner más mobiliario urbano y, en algunas zonas, eliminar aparcamientos y en su lugar casi se triplicarán con cinco parkings alternativos -uno de ellos subterráneo- y 470 plazas que no estarán a más de 300 metros de cualquier destino.

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