En la calle Conde de Fenosa de O Barco
Los técnicos sanitarios de la ambulancia del 061 salvaron este sábado 29 de septiembre la vida de un transeúnte de nacionalidad portuguesa, Rolido Francisco D.P. de 44 años, quien sufrió una parada respiratoria en pleno centro de la villa barquense.
Un transeúnte de nacionalidad portuguesa, Rolido Francisco Faria D.P., de 44 años, ingresó a las 12,30 horas del sábado 29 de septiembre en el Hospital Comarcal Valdeorras en estado grave. Pocos minutos antes había sufrido una parada respiratoria en la avenida Conde de Fenosa, en pleno centro de la villa de O Barco.
El exceso de alcohol parece ser la causa del desvanecimiento que este transeúnte sufrió en la acera. Mientras un vecino lo incorporaba, una mujer se encargaba de avisar a la Policía Local y al 061, que envió la ambulancia barquense.
Poco después, se personaron en el lugar tres agentes de la Policía Local y dos técnicos sanitarios. Nada más llegar, estos últimos observaron cómo el transeúnte había sufrido una parada respiratoria que puso en serio peligro su vida.
Los masajes realizados por los sanitarios consiguieron que el paciente recuperara las funciones respiratorias, para continuación trasladarlo en la ambulancia hasta el Hospital de O Barco. De tarde continuaba ingresado en sus instalaciones, pero los médicos ya no temían por su vida.
El céntrico lugar donde ocurrieron los hechos y la hora reunieron a numerosos curiosos.
El exceso de alcohol parece ser la causa del desvanecimiento que este transeúnte sufrió en la acera. Mientras un vecino lo incorporaba, una mujer se encargaba de avisar a la Policía Local y al 061, que envió la ambulancia barquense.
Poco después, se personaron en el lugar tres agentes de la Policía Local y dos técnicos sanitarios. Nada más llegar, estos últimos observaron cómo el transeúnte había sufrido una parada respiratoria que puso en serio peligro su vida.
Los masajes realizados por los sanitarios consiguieron que el paciente recuperara las funciones respiratorias, para continuación trasladarlo en la ambulancia hasta el Hospital de O Barco. De tarde continuaba ingresado en sus instalaciones, pero los médicos ya no temían por su vida.
El céntrico lugar donde ocurrieron los hechos y la hora reunieron a numerosos curiosos.
