w La céntrica Praza do Concello de O Barco aprovechó la Festa dos Maios para recuperar trabajos artesanales, como los del afiador, cesteiro o de las palilleiras. La celebración reunió a cientos de barquenses. Verín también tuvo sus maios.
La colaboración de la Asociación Obarcoaberto Centro Comercial con el Concello barquense fructificó en la participación de varios cientos de vecinos en la Festa de Os Maios, que se desarrolló en la Praza do Concello. Este festejo tradicional va a más, como lo demostraron los 17 maios expuestos en el recinto festivo. Esta circunstancia fue resaltada por el concejal de Cultura, Eduardo Ojea.
Las obras exhibidas fueron repartidas en dos grupos: enxebres y artísticas. Esta división favoreció la elección de las dos mejores por el jurado. En el capítulo tradicional o enxebre, el primer premio se lo llevó la Guardería Infantil Los Juglares. Su maio se diferenció de los demás en que en su interior fue abierto un hueco, que fueron ocupando los niños del centro, quienes se turnaban para subir.
En el apartado artístico, los creadores dieron rienda suelta a su imaginación y en el lugar pudieron verse desde una réplica vegetal del desaparecido puente de San Fernando hasta una maqueta de la iglesia de Vilanova. Al final fue este templo, que elaboró la Asociación Cultural O Mosteiro de Vilanova el que se hizo con el primer premio.
En su apuesta por la tradición, los organizadores también reunieron en esta céntrica plaza de la villa a varios artesanos de la zona. La presidenta del Centro Comercial Aberto, Charo López, resaltaba la implicación de este colectivo.
Al lado de los maios y con el fondo de las siete coplas cantadas por sus creadores, mostraban sus métodos de trabajo desde un afiador hasta un canteiro, pasando por un cesteiro o las palilleiras que se dedicaron a confeccionar los famosos encajes de bolillos, situadas a un extremo de la céntrica plaza.
Las obras exhibidas fueron repartidas en dos grupos: enxebres y artísticas. Esta división favoreció la elección de las dos mejores por el jurado. En el capítulo tradicional o enxebre, el primer premio se lo llevó la Guardería Infantil Los Juglares. Su maio se diferenció de los demás en que en su interior fue abierto un hueco, que fueron ocupando los niños del centro, quienes se turnaban para subir.
En el apartado artístico, los creadores dieron rienda suelta a su imaginación y en el lugar pudieron verse desde una réplica vegetal del desaparecido puente de San Fernando hasta una maqueta de la iglesia de Vilanova. Al final fue este templo, que elaboró la Asociación Cultural O Mosteiro de Vilanova el que se hizo con el primer premio.
En su apuesta por la tradición, los organizadores también reunieron en esta céntrica plaza de la villa a varios artesanos de la zona. La presidenta del Centro Comercial Aberto, Charo López, resaltaba la implicación de este colectivo.
Al lado de los maios y con el fondo de las siete coplas cantadas por sus creadores, mostraban sus métodos de trabajo desde un afiador hasta un canteiro, pasando por un cesteiro o las palilleiras que se dedicaron a confeccionar los famosos encajes de bolillos, situadas a un extremo de la céntrica plaza.