Vilamartín y A Rúa sufren los desvíos del accidente en la N-6

Cientos de vehículos se cruzaron en el centro del casco urbano de Vilamartín.
photo_camera Cientos de vehículos se cruzaron en el centro del casco urbano de Vilamartín.
Cientos de conductores usaron la N-120 como vial alternativo, a pesar del cierre de un tramo

A las 16,30 horas de ayer era reabierto al tráfico el tramo de la N-120 comprendido entre Vilamartín y A Rúa, cerrado desde la mañana del jueves tras el accidente en que se vieron envueltos un camión con semirremolque y dos turismos, saldándose con el fallecimiento del chófer del camión y la barquense María del Carmen García Santos, que circulaba en uno de los coches. El alcalde vilamartinés, Enrique Álvarez, respiró aliviado al conocer que el tráfico volvía a la nacional. No le faltaban motivos. Otro accidente cortó la N-6 a la altura de Vega de Valcarce (León) y llevó a la Dirección General de Tráfico (DGT) a aconsejar el desvío por la N-120 para evitar las kilométricas retenciones formadas.

Este segundo accidente ocurrió en el tramo leonés de la carretera nacional que es utilizado como alternativa al de la A-6, que fue cerrado al colapsar el viaducto de O Castro (Lugo). A las 7,50 horas chocaron dos camiones, resultando herido de pronóstico reservado un chófer y quedando cortado el tráfico en ambos sentidos. La apertura de uno de los dos carriles no fue posible hasta pasadas las 10,00 horas, en tanto que el otro se retrasó hasta la tarde.

Para evitar las grandes retenciones de la N-6, la DGT aconsejó utilizar la N-120, quedando esta como la principal entrada a Galicia desde León, a pesar de estar cortada entre Vilamartín y A Rúa hasta la tarde de ayer. El temor a otro accidente provocado por los líquidos vertidos sobre la calzada llevaron a demorar la reapertura.

Durante las horas que permaneció cerrado el tramo, la circulación se multiplicó en las travesías de Vilamartín y A Rúa, al sumarse los vehículos desviado de la N-6. Decenas de tráilers recorrieron ambas localidades, ocasionando serios problemas al cruzarse en el casco urbano. Tanto es así que el alcalde vilamartinés, Enrique Álvarez, insistió en su reapertura: “É un tráfico inadmisible. Vai haber un accidente!”.

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