El movimiento ‘couchsurfing’ cuenta ya con 1.300.000 miembros en el mundo, 32.000 en España

¿Tienes libre el sofá?

¿Me puedo quedar en el sofá, está libre? Esta sencilla pregunta es, en la jerga de los apasionados por conocer diferentes países de la mano de sus propios habitantes, la forma de quedar con un posible anfitrión para pasar unos días en su casa. ‘No tiene nada que ver con intercambiar casas, sino fomentar el intercambio cultural’, afirma Héctor, ‘embajador’ en España del movimiento ‘couchsurfing’ (‘surfeo de sofás’), una red para viajeros que cuenta con 1.300.000 miembros en el mundo, 32.000 en España.
En tres años, Héctor, el representante en España del ‘couchsurfing’ o ‘surfeo de sofás’, ha sido el anfitrión en su casa de Avilés de casi 300 huéspedes de muchas nacionalidades. Hasta hace unos días ha tenido alojada a una joven checa a la que ha mostrado las playas asturianas y los pueblecitos de pescadores. Todo ello gratis, ya que sólo ha recibido a cambio practicar el idioma inglés o compartir vivencias. ‘Ella no tiene luego obligación de invitarme a mí a su casa’, ha explicado este joven que, como ‘embajador’ de este movimiento social, se reúne varias veces al año con nuevos miembros para explicarles todas las dudas que les puedan surgir antes de apuntarse.

En ciudades como Madrid o Milán todos los días hay una reunión informativa, ha destacado, ya que este movimiento está creciendo mucho semana tras semana. Hay gente que sólo prefiere acompañar a un viajero a ver un museo, al teatro o llevarle a la zona de marcha de su ciudad, ha especificado Héctor, quien ha podido alojarse de esta original forma por Italia, Dinamarca, Noruega o Suecia.

Perfil del invitado

En cuanto al tema de la seguridad, Héctor ha explicado que para ello existen los sistemas de referencia. Antes de decidirse a ir a un domicilio, cada huésped puede buscar en www.couchsurfing.org el perfil de cada anfitrión, sus gustos, hobbies y, lo más importante, las referencias que sobre él hayan escrito otras personas. De momento, Héctor nunca ha tenido que echar a nadie de su casa. ‘Toda la gente es muy agradecida, a lo mejor te friegan los cacharros, te hacen la compra o te preparan una comida de su país’, dijo.

Carmen es una sevillana que conoció esta red social para viajar cuando estudiaba Erasmus en Alemania aunque, por diferentes motivos, se estrenó como huésped en su tierra, en Córdoba, con motivo de buscar alojamiento durante un festival cultural.

‘Al final es la otra persona la que te elige a ti’, ha subrayado, ya que ella, antes de recibir una respuesta afirmativa, pidió previamente ‘sofᒠa cerca de diez registros. ‘Mi experiencia fue muy buena, estuve en casa de unos chicos muy agradables que me dejaron una habitación para mí sola’, ha recordado.

Carmen, que recomienda a todo el mundo esta forma de viajar, vive con sus padres, y sólo ha podido enseñar su ciudad a algún italiano que se lo ha pedido a través de esta red social u otra parecida a la que también está apuntada como es el Club de la Hospitalidad (www.hospitalityclub.org).

Hospitalidad

Ambas redes sociales para viajeros son parecidas, aunque ella considera que el Club de la Hospitalidad da más importancia al alojamiento, mientras que ‘couchsurfing’ valora por igual el tema de ‘conocer gente de una forma diferente’. De momento, mientras no tenga tiempo para un próximo viaje, espera poder acudir a las ‘quedadas’ que se envían por e-mail los miembros de ‘couchsurfing’.

Desde el año 2003 en todo el mundo

La red para buscar hospedaje en cualquier parte del mundo apareció en el 2003 gracias a la insistente búsqueda de un viajero sin techo. Actualmente, se ha convertido en una red internacional que une personas con bajo presupuesto dispuesta a recorrer el mundo, con mente abierta y aventureros. Sólo es necesario crear un perfil, subir una foto, disposición y disponibilidad de recepción.

Mecanismos de seguridad

CouchSurfing tiene diferentes mecanismos de seguridad. Uno donde los miembros pueden escribir un comentario de otro miembro una vez que se hayan conocido, y otro opcional de verificación por tarjeta de crédito, en donde el miembro dona una cantidad simbólica al proyecto, y a su vez se comprueba que su domicilio y residencia coinciden con los que ha facilitado al inscribirse.


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