Obituario | José Felipe Antón Santos, “Pituco”: un ser de luz
Ha fallecido José Felipe Antón Santos, conocido como “Pituco"
Ponle una fanta a Pituco”, esa frase se oía decir por los bares de Viana, cuando entraba Pituco. No llevaba dinero, llevaba su sonrisa y sus papeles. Siempre había alguien que le invitaba, ya que nunca nadie, en la historia de Viana do Bolo ha sido tan querido, cuidado y tan añorado.
Para los que no lo conocen, Pituco nació con síndrome de Down, una alteración genética causada por la existencia de material genético extra en el cromosoma 21 que se traduce en discapacidad intelectual. Pero, para muchos, Pituco no nació con una discapacidad, sino con la capacidad enorme de querer y de entregar un amor incondicional, inocente, puro: amor a su familia, a la música, a los animales, a los carnavales, a su pueblo, a su gente. Eso sí, ¡no le gustaba la lluvia! Renegaba de ella.
La capacidad de ser feliz, de hacer felices a los que le rodeaban... le encantaba que le dieran besos, que le saludaran, que le dieran papeles, con los que él iba haciendo sus “gestiones” por los negocios del pueblo. La capacidad de disfrutar con la música y alegrar a la gente con su tambor. La capacidad de recibir cariño a cambio de una sonrisa sincera, en cualquier momento, en cualquier lugar. La capacidad de luchar por la vida, una vida larga y arropada por su familia. Una familia que nunca le puso barreras y que reconocieron en Pituco algo más que una persona con síndrome de Down, sino como a un hijo especial.
En resumen, Pituco nació con la capacidad de hacernos más humanos con su presencia. Dándonos un significado de vivir mucho más grande cuando veíamos la fortaleza con la que él se enfrentaba a su día a día.
Para nosotros Pituco no tenía discapacidad, Pituco era simplemente diferente, y aunque Pituco no se pudiera expresar con gran locuacidad, me imagino que nos diría lo siguiente: “Ser diferente no me hace incapaz, ser diferente no me hace débil”.
A pesar de su gran ausencia siempre será un personaje entrañable en Viana do Bolo, oiremos sus pasos por las Mazairas, corriendo y cantando. Siempre resonará su tambor por O Cabo da Vila, y nunca dejaremos de sentir su amor incondicional y su sonrisa sincera.
Este artículo está dedicado a todos esos valientes que siguen adelante sin importar nada más.
Pituco, un ser de luz que nos ha iluminado con su presencia, y que nunca estará ausente en nuestro pueblo y en nuestros corazones.
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