“Todo comenzó de la mano de mis padres, cuando construyeron la casa y en el bajo comenzaron a servir comidas para que los trabajadores en los viales de aceso a la provincia tuviesen donde comer”, comenta Rita Crespo. Fue también el restaurante el lugar que vio crecer a los tres hermanos y sus recuerdos vinculados a ellos son inevitables. “En casa nunca usamos la cocina ni el comedor, esos espacios siermpre fueron el propio restaurante”, añade Elena.
La panadería es territorio de José Luis, que aprovechó el horno familiar, (la fecha inscrita en una piedra lo data de 1890), para cambiar el autoconsumo que venían haciendo sus padres para el restaurante, a una panadería moderna que diese servicio a más público.
Tras 53 años, han visto pasar a generaciones diferentes de clientes fieles que tras muchos años saben que en Catro Camiños pueden encontrar "una buena cocina y un buen servicio. Las recetas de siempre con la mejor materia prima".
