Una Feria Internacional de Arte Contemporáneo a la que el ourensano Luis Carballo asiste de la mano de la Galería viguesa AF, y en la que se muestra el arte más innovador. Carballo expone algunas de las fotografías de su colección “Miríade”, que estuvo produciendo en Lisboa durante un año y con la que da continuidad a este proyecto que ya estuvo presente en la feria homónima que se celebra en la capital lusa.
¿Cómo llegó la fotografía a su vida?
Empecé muy joven. Con 20 años ya hacía fotos en la empresa de mi padre, Luis Carballo, considerado impulsor de la imagen de la moda gallega en los años 80, creando el famoso eslogan “La arruga es bella” para Adolfo Domínguez, y a comienzos de 1990 fue el creador del icónico Pelegrín que fue la imagen del Xacobeo 93 y que todavía hoy está presente.
Así, desde la base de la agencia y de la publicidad, realicé numerosos desfiles de moda. Después pasé a la fotografía callejera y, con el paso de los años, durante toda mi etapa laboral en el mundo de la publicidad, fue una compañera más.
Y sin dejar de lado su faceta empresarial, la cámara le acompaña siempre.
Es algo que cuando comienzas, ya nunca puedes dejar. En los últimos años mis imágenes ya no están orientadas tanto al mundo laboral, si no más bien como un hobbie. Cuando llegué a Portugal seguí haciendo fotografía callejera. De la quietud y calma de Lisboa, de sus gentes y su arquitectura.
Lisboa, porque aunque sus orígenes e inicios están en Ourense y Galicia, hace tiempo que reside en la capital lusa.
Sí. Llevo 14 años viviendo aquí a raíz de un cambio en mi vida. En la necesidad de comenzar de nuevo por diferentes motivos. Y lo que iba a ser para una temporada, se acabó convirtiendo en mi hogar.
Cuando llegué me invitaron a formar parte de una residencia artística donde crear en un atelier -en Portugal existen numerosos estudios de artistas tanto de pintores, fotógrafos, ceramistas… que están ubicados en diferentes barrios-, y acepté. A raíz de esa primera muestra, que funcionó muy bien, continué trabajando en fotografía.
Y ahora mismo, ¿en qué paso está?
Es una evolución de la fotografía que estaba haciendo que era básicamente en blanco y negro. Tanto de personas, como de arquitectura como de ciudades. Ahora hago “arquitectura con intervención”. Así que mi trabajo puede definirse como fotografía en blanco y negro de arquitectura en intervención.
Esto significa…
Son fotografías de áreas urbanas, edificaciones, que tienen cierta manipulación con diferentes profundidades, niveles y relieves en escala monocromática. Una multitud de perspectivas, de planos, de visiones… Y por ello se llama “Miríade”, que significa indeterminado, por lo tanto, considerado inmenso. Y con estas imágenes hay múltiples visiones, múltiples posibilidades.
Y es con “Miríade” con la muestra en la que está presente en JustMad, en Madrid, que finaliza hoy.
En estos días hay tres ferias destacadas, ARCO, Art Madrid y JustMad que está más orientada a la promoción del arte contemporáneo en un espacio para el intercambio cultural y la exploración creativa. Ya había estado el año pasado en JustMad en Lisboa presentando esta colección, “Miríade” con un gran éxito, vendiendo todas las piezas expuestas. Esto y las buenas críticas fue lo que me animó a seguir trabajando para ampliar esta serie. Ahora muestro 10 imágenes y haber que ocurre…
¿Qué busca transmitir con estas imágenes?
Captar la atención. Ver una pieza y no saber si está dentro o fuera. Qué elementos son de la propia fotografía y cuáles de intervención. Engañar un poco a la vista para que trabaje la parte cognitiva y la percepción. Volviendo a la palabra “miríade”, en la vida hay muchas formas de ver las cosas, hay multitud de caminos. Así, cuando nosotros nos enfrentamos a una de las piezas, no vamos a ver una cosa sola. Si nos giramos, vemos un relieve, algo que sale, pero que visto frontalmente parece plano.
¿Qué le lleva a querer fotografiar un edificio?
Igual viene de una manía. Soy muy geométrico. Me gustan los paralelismos, las perpendiculares… algo que debe venir de familia ya que mi abuelo, Julio Taboada, y mi madre, Julia Taboada, eran matemáticos. Así que de algún modo me lo transmitieron. Hay mucha gente que ve mis piezas y me pregunta si soy arquitecto, y quizá lo quise ser en alguna vida. Y de ahí mi gusto por la arquitectura y el diseño, y, en base a lo que hay, busco como lo puedo manipular y qué puedo hacer. Es un estilo muy personal y, a día de hoy, no hay nada parecido.
Utiliza el blanco y negro, ¿a qué se debe?
Es mi escuela. Donde yo empecé, en blanco y negro, con la película, revelando en el laboratorio… y siempre me gustó. En mi opinión, capta mejor la esencia de la fotografía, elimina distracciones. En ellas manda ante todo la expresión de la imagen, más allá de un color o algo que destaque sobre lo demás. Y me encanta el juego de luces y sombras que da.
¿Es un nostálgico de la fotografía de siempre frente a la gran evolución de los últimos años?
Creo que vamos a peor… como en tantas cosas. Evolucionamos, pero vamos destruyendo a nuestro paso muchas cosas que eran buenas. Se hacen cosas que quieren facilitar e imitar lo antiguo, pero nunca se consigue. El mundo digital negro está muy conseguido, pero nunca alcanza la pureza, la textura y la sensación del grano del blanco y negro original.
De todas formas, yo trabajo con ambas cosas. E incluso con película, aunque no revelo ya que hay pocos laboratorios, así que tengo que enviar a que lo hagan. Aunque es algo “chapucero” (risas). Debería positivizar y hacer la fotografía hasta el final. Puede que, con el tiempo lo haga a nivel artístico porque es una de mis inquietudes.
¿Cuál diría que es su principal inquietud en este momento?
Encontrar diferentes modos de expresar con la fotografía manteniendo lo que es el trabajo de la visión, del ojo. Y, a la vez, utilizar otras técnicas para darle un efecto diferente. Pasar de fotógrafo a artista visual.
Está en Madrid, ¿para cuándo Galicia?
Es la primera vez que estoy en Madrid y me hace mucha ilusión, además tendré la visita de muchos amigos. Y en Vigo, próximamente estaré en la Galería AF de Pablo Pardo.
Me queda preguntarle por cuando hará parada en Ourense.
¡En cuanto alguien tenga interés! (risas).
¿Algún proyecto en mente?
Tengo previsto abrir mi propio atelier y convertirlo en una especie de galería para “atrevidos”, es decir, donde puedan exponer artistas emergentes. Y también otros ya consolidados pero que no tienen la posibilidad de proyección y de lanzarse. Y alguna cosita más que me tengo guardada…
