Consecuencias educativas y psicológicas de la pandemia del covid

La situación social producida por la pandemia, derivada de la infección de coronavirus, en cualquier tipo de COVID, iniciada en 2019, no constituye una situación temporal, ni que se relacione con un contexto particular, sino que, al contrario, implica una situación que se hace permanente y se corresponde con implicaciones a nivel de un mundo global. Por ello, la respuesta a esta situación no puede proceder de cuestiones locales, ni de contenidos parciales y superficiales, sino que ha de abordarse desde una perspectiva amplia, que se relaciona, sobre todo, con la formación de nuevos individuos, conformados por nuevas características psico- sociales.

Consecuencias psico-psiquiátricas y sociales de la pandemia

De acuerdo con un estudio de preanálisis realizado por Barzilay et al. (2020) sobre la salud mental de la población general asociada con la infección del coronavirus, para una muestra internacional de un total de 3042 participantes, de los cuales 1964 son mujeres y 1078 hombres, de una edad situada entre los 18 y los 79 años, se concluye que, en general existe un alto grado de preocupación, relacionado con cuestiones directamente derivadas de la situación por COVID-19, en relación, básicamente, con la posible contracción de la enfermedad por parte de un familiar (48.5%), o la posibilidad de infectar a otras personas sin saber que son portadores (36%), incluso más que en contraer la enfermedad ellos mismos (19.9%). Asimismo, se obtienen unas tasas de ansiedad de la población general existentes en el 22.2%; y de presencia de síntomas de depresión en el 16.1%, sin que difiera entre los diferentes grupos sociales, tanto pertenecientes al ámbito sanitario, como no sanitario. 

Otro estudio realizado en España, por Moreno y Martínez (2021), para una muestra de 69 personas adultas, es significativo que el 40% de las personas presentan síntomas graves o moderados de depresión, relacionados con decaimiento, desesperanza y falta de interés en la actividad, mientras que los síntomas de ansiedad alcanzan al 30%, relacionados con preocupaciones recurrentes, la afectación en la calidad del sueño (41%), y se observa un incremento considerable de los niveles de agresividad y hostilidad en las relaciones interpersonales. En síntesis, los datos más relevantes indican la presencia de percentiles o niveles altos en los siguientes síntomas de base: 1) somatizaciones (42.2%), 2) sintomatología obsesivo- compulsiva (51,4%), 3) sensibilidad interpersonal (44.8%), 4) depresión (38.5%), 5) ansiedad (37.4%), 6) hostilidad (69.6%), y 7) psicoticismo (35.9%). 
A estas consecuencias psicológicas y sociales, es necesario añadir aquellas otras relacionadas con la situación económica y de empleo, ya que está implicando una pérdida progresiva de los empleos tal como se configuran en la actualidad, los cuales se transforman en empleos de una mayor flexibilidad y adaptabilidad individual, tanto en relación con el tipo de empleo, como en cuanto a las estrategias personales necesarias para su desarrollo.

Análisis etiológico de las consecuencias

Efectivamente, la causa general es la presencia de la infección por el virus, pero ¿Por qué afecta de un modo y no de otro a la población? Pues bien, aunque existen sensibles diferencias de género y de edad en las consecuencias analizadas en los estudios anteriores, las mayores diferencias relativas a las tasas de los niveles de preocupación personal de la población en general, radica con la variable relacionada con la capacidad o competencias personal de resiliencia o nivel de afrontamiento psicológico ante situaciones estresantes sobrevenidas y los niveles de frustración ante estimulaciones negativas, de forma que, en los mismos estudios anteriores se muestra que una puntuación alta obtenida en resiliencia se asocia con una tasa más reducida en los niveles de ansiedad (hasta el 65%) y de depresión de hasta el 69%. 

Por tanto, esta y otras variables relacionadas son fundamentales para facilitar el desarrollo personal de afrontamiento integral ante situaciones como la actual.  

Respuesta social educativa consecuente

Pues bien, las diferentes organizaciones mundiales, tanto Naciones Unidas, como la Unión Europea, se plantean respuestas a esta situación y, entre otras pautas, se indican 4 ejes fundamentales para facilitar el desarrollo personal ante una situación de crisis: 1) la habilidad individual, relacionada con el desarrollo de la creatividad y la autoconfianza, que fomente la competencia para asumir decisiones ante situaciones de riesgo…, 2) las habilidades sociales, relacionadas con la comunicación interpersonal y social, que permitan la capacidad del trabajo flexible y la colaboración intercultural y en equipo…, 3) la organización de la información y su priorización, que debe estar relacionada con la capacidad de autorreflexión y alto nivel de crítica ante la misma…, y 4) la alfabetización digital o capacidad y conocimiento del uso de las herramientas digitales en el ámbito de la comunicación interrelacionada en un mundo global….

Asimismo, estas características conforman individuos con altos grados de flexibilización para adaptarse a los cambios derivados de los niveles de empleabilidad, conformando personas preparadas para los cambios inminentes del siglo veintiuno. 

Y, por tanto, la educación actual, en todos los niveles educativos, no puede mantenerse al margen de las exigencias que implican los cambios producidos por esta situación porque, posiblemente, muchos de estos cambios han venido para quedarse, también las personas necesitan los recursos y las herramientas necesarias para poder afrontarlos. Pero, estos cambios educativos no se relacionan únicamente con la presencia de las clases on- line o reuniones en línea, sino que requiere un cambio estructural, que conlleve a una formación de las personas más allá del proceso de transmisión y acumulación de contenidos y/o conocimientos, en la cual los estándares educativos secundarios actuales, tales como las competencias relacionadas, p. ejem., con la creatividad y el trabajo en equipo y colaborativo intercultural dentro de un ámbito inclusivo de una sociedad global, favorecido por intercambios continuos, se conviertan en los objetivos prioritarios del desarrollo. 

En síntesis, es urgente una revisión de los planes educativos, así como una modificación inmediata de los decretos que regulan las programaciones específicas si verdaderamente se quiere afrontar esta situación con perspectiva de futuro.