Con las malas sensaciones de los dos partidos navideños lejos del Pazo y la confianza de los resultados y del juego cada vez que juega en casa. En medio de una bipolaridad casi extrema afronta el COB el último partido de la primera vuelta. Recibe al Valladolid sabiendo que una derrota lo dejaría más cerca del hundido que del tocado y que una victoria lo metería en zona de play off de ascenso a la Liga ACB. Una cita clave en el parquet para un equipo en el diván.
Un COB imprevisible contra un Valladolid fiable. Los de Paco García son un equipo de autor. Ganadores casi siempre y complicados de derrotar cuando han caído. Ocho victorias consecutivas llegaron a enlazar los pucelanos y entre ellas una de tronío en la cancha del Estudiantes. Solo tiene opciones de jugar la Copa porque se las da la calculadora, pero la baja de Mike Torres quizá tenga mucho que decir en eso. Pieza fundamental en un equipo que no cuenta con él desde hace cuatro partidos y de ellos se ha dejado dos. El resto de la temporada, tres. No hace falta explicar nada más.
Sin Torres, pero el Valladolid sigue teniendo dinamita. Sobre todo con el tirador Maj Kovacevic y el anotador Devin Schmidt como amenazas desde cualquier distancia, pero también cerca del aro con el poderío físico del Lotanna Ngowbo y un Sergio de la Fuente que nunca pasa de moda. Aunque el COB consiguiese limitarlos, lo mejor del Valladolid es la consistencia del equipo. Costa, Fernández, Puidet, N’guesan… todos suman.
Pero el COB no debe pensar mucho en el rival. Sobre todo si no es capaz de mejorar su nivel. Tiene que empezar y acabar por recuperar la intensidad defensiva los 40 minutos para tener alguna opción de victoria. Si además cuenta con la versión buena de Justin Turner y los porcentajes en el tiro son aceptables, podrá ganar. Este equipo ya ha demostrado que tiene calidad para subir el listón contra equipos de play off, como el Alicante, pero no la fiabilidad para saber si esta noche será uno de esos días.
Tiene dudas el equipo y las tiene la grada. En un partido tan importante, los dos irán de la mano para que el final de la primera vuelta pueda ser un borrón y cuenta nueva. Hasta que se compita y se gane fuera no se cerrará la herida, pero hacerlo esta noche no tiene precio.
