Más cerca de la victoria estando más lejos de ella

Segunda derrota para el COB, pero muy diferente a la primera en fondo y forma. El equipo ourensano perdió por más diferencia en Madrid que en el Pazo. Ni siquiera tuvo opciones de vencer desde mediado el tercer cuarto, lo contrario que en el estreno ante Gipuzkoa. Y, sin embargo, la manera de hacerlo deja mejores sensaciones. El estilo cambió, acercándose más a la hoja de ruta marcada en pretemporada. Se atacó más y mejor. Y también se defendió bien. No sobresaliente, pero bien. El resultado fue elevado, pero la lectura debe ir más allá. No sirvió para ganar pero servirá, seguro, en el futuro.  No todos los días hay un Estudiantes delante, con una plantilla de mucha calidad (y muchas cifras en la nómina).

Faltan cosas para estar satisfechos de todo, por supuesto. Lo ve un miope. El “5” ausente se nota y se siente. También la baja de Peciukevicius. Pero el duelo en el WiZink dejó cosas positivas. El buen hacer de Cera desde el puesto de base, el poderío de Willett incluso después de una primera mitad muy imprecisa, el pasito adelante de Ventura y, sobre todo ayer, de Del Águila… Y otras que hicieron al cobista fruncir más el ceño, como los problemas de Chapero con los pivots con más kilos  y  experiencia en esto para parar un Alvia.

Por lo tanto, nervios relativos al verse 0-2 en el balance de victorias y derrotas. El COB en Madrid se pareció más al equipo que quiere ser y para lo que está confeccionado. En una semana corta no se podrán pulir muchos aspectos de calado, pero sí detalles. El viernes llega el Castellón al Pazo. Ocasión para levantar los brazos por primera vez en este curso. Hay ganas de cortar el precinto. Hasta la mascota del Estudiantes, el bueno de Delfín Ramiro, paseo por el impresionante recinto con la bufanda cobista. El viernes, más. Y esperemos que mejor. El camino ya se conoce. A aplicarse toca.

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