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El pasado, presente y, sobre todo, futuro de los montes de A Baixa Limia centraron ayer sábado la primera jornada de trabajo "Por un Xurés vivo". Expertos en gestión medioambiental, de turismo natural y rural, cazadores, biólogos, ganaderos o comuneros, además de técnicos de la administración y los seis alcaldes ourensanos que integran este espacio natural ourensano, participaron en un encuentro virtual que puso de manifiesto la preocupación de vecinos y foráneos por la lacra de los incendios que azota a este territorio y el consenso unánime sobre la necesidad de poner en marcha medidas que salven esta joya medioambiental, declarada Reserva de la Biosfera Transfronteriza Gerês-Xurés.
La Comunidad de Montes de Riocaldo fue la promotora de la iniciativa al corroborar, tras el incendio que arrasó 2.000 hectáreas el pasado septiembre en Lobios, "que ademáis de chorar, a xente veu que se debía e podía facer algo máis para frear isto", apuntaba Domingos Rodríguez, presidente de la nueva Mancomunidad de Montes en Mano Común del Xurés, que aglutina más de 15.000 hectáreas de diferentes concellos.
La coordinación y la comunicación de las acciones que se lleven a cabo en el Gerês-Xurés es una de las claves en las que ayer insistían ponentes y organizadores, quienes también reivindicaron más voz y voto para los vecinos y propietarios de los terrenos en los que se asienta el parque ourensano, porque defienden que haciéndoles partícipes y protagonistas en la toma de decisiones, será más fácil lograr su aceptación.
Tres grupos de trabajo multidisciplinares propusieron establecer un plan de uso del territorio, con la zonificación de los distintos espacios que ayude a adecuar el uso real al potencial. En el encuentro, que puso de manifiesto el escaso aprovechamiento al gran potencial medioambiental, económico y cultural del Xurés, se ahondó en la necesidad de trabajar en estrategias para valorizar el rural, con la recuperación de la ganadería y de la producción local, la creación de una denominación de origen Gerês-Xurés, o la apuesta por el turismo de ambiente con rutas de senderismo adaptadas. La creación de un vivero aprovechando el semillero de Riocaldo, un estudio de viabilidad para una central de biomasa o campañas de voluntariado, fueron otras de las iniciativas.
En materia de prevención de incendios, se instó a la creación de un sistema de información geográfico y a elaborar un estudio que detecte los puntos clave que, en un momento dado, ayuden a frenar el avance de las llamas tanto con cultivos como con cortafuegos de frondosas autóctonas. Para hacer los montes más resilientes, los expertos creen necesario reducir la presencia de especies pirófitas como pinos y eucaliptos.
Otra de las iniciativas a las que se dio voz en el foro fue hacer un estudio sobre los daños ecológicos producidos en el territorio, analizando el impacto sobre la flora y la fauna. "Na última década ardeu o 60% do Xurés. É un disparate, unha calamidade e unha pena terrible", dijo Benito Reza, quien hace 27 años impulsó la declaración de este espacio natural.
En cuanto a la extinción, el foro virtual propuso intensificar la colaboración con Portugal, saber qué medios tienen para atacar las llamas al otro lado de la "raia" y analizar los incendios de forma común porque en numerosas ocasiones son fuegos compartidos. A nivel institucional, se pidió evitar situaciones como las vividas este año con la base de helicópteros de Muíños inactiva y que algún concello se quedara sin brigada, y apostar por más control, vigilancia y restricción de accesos a determinadas zonas. Algo que debería quedar resuelto en el Plan de Uso y Gestión.
Además de apoyo económico, desde el territorio también se reclama a la administración asesoramiento técnico para comuneros y asociaciones en materia de preservación y puesta en valor del territorio.
Saber de donde venimos fue la primera parte del encuentro en el que intervinieron los presidentes de la Sociedad Galega de Historia Natural Serafín Gonzáles, de la Associação Portuguesa de Xeógrafos Antonio Bento Gonçalves y de la Organización Galega de Comunidades de Montes Xosé Alfredo Pereira, así como el director de la Escuela de Ingeniería Forestal Juan Picos. En la ponencia inaugural, los expertos realizaron una minuciosa radiografía de lo que representan los incendios en Galicia, haciendo especial hincapié en el territorio transfronterizo Gerês-Xurés. A nivel comarcal, el relato incluyó desde la reproducción forestal forzosa que hace 60 años se promovió en el Xurés expulsando a la población que vivía de la ganadería, agravada por la construcción de los embalses, hasta la inversión millonaria actual que representa la extinción de incendios en Galicia. Una cifra de vértigo, que señalaron en 170 millones al año, y que no sirve para evitar la pérdida de la vegetación, de la fauna, del patrimonio cultural ni del paisaje gallego. "En vez de ir detrás do lume, Galicia ten que ir por diante e evitar as causas estruturais que os provocan", apuntaba Serafín González. Sobre este punto, Juan Picos señalaba la importancia de "hacer la autopsia" del fuego porque, "os grandes incendios teñen memoria" y la tendencia a la que nos enfrentamos es muy desfavorable. Xosé Alfredo Pereira insistía en la necesidad de ver los incendios y el abandono del monte como "un problema non só dos titulares, senón de toda a sociedade. É un problema de país". Desde Portugal, Bento Gonçalvez reflexionaba con que "falamos moito dos incendios e non do fin do mundo rural".
Técnicos del Departamento Regional de Gestão e Valorização da Floresta do Instituto da Conservação da Natureza e das Florestas de Portugal se han desplazado a Lobios para formarse en el empleo de la técnica del "helimulching", que distribuye paja a través de un helicóptero para evitar la erosión del suelo tras los incendios forestales. Así lo daban a conocer ayer desde la Consellería de Medio Rural que, desde el mes de septiembre y en colaboración con la de Medio Ambiente y los concellos del Xurés, trabajan en un plan para la recuperación y regeneración del territorio natural protegido. Un grupo de investigadores del Centro de Investigación Forestal de Lourizán les acompañó en su visita a la parroquia de Río Caldo para ver los trabajos llevados a cabo en más de 80 hectáreas. La Xunta prevé mantener la colaboración e intercambio de experiencias con el país vecino para mejorar la gestión y conservación de los montes.
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