Un trastorno antisocial podría explicar este comportamiento

La brutal agresión de un joven de 13 años a su amiga, registrada este jueves en Carballiño, enciende todas las alarmas sociales. “Cuando suceden este tipo de hechos, sobre todo, en niños, nos sobrecogen, nos impactan y nos cuesta entenderlo”, resume Ricardo Fandiño, psicólogo clínico y presidente de la Asociación para a Saúde Emocional na Infancia e Adolescencia (Aseia).

La pregunta del millón es por qué un adolescente de 13 años agrede en la cabeza a una amiga con una pata de cabra. Cabe destacar que los últimos meses, psicólogos y psiquiatras detectan un incremento de trastornos de la salud mental entre los adolescentes, derivados, en gran parte, a la pandemia. “Pero en este caso, sin tener información particular del caso, por las características de lo sucedido, pesan más los factores personales del chico, por encima de los factores sociales del momento en el que estamos inmersos”, señala Fandiño. “Ligar lo que ha pasado a la pandemia me parece hilar muy fino”, añade.

El adolescente aseguró a los agentes de la Policía Local que la agredió para saber “qué se sentía” al matar a alguien, lo que podría indicar un trastorno de personalidad. “Esta frase denota una importante falta de empatía, remordimientos y afecto, características que forman parte del trastorno disocial”, explica Alba Ortega, psicóloga sanitaria. Esta patología, diagnosticada en menores de edad, se define como un patrón de comportamiento violento “en el que se violan derechos básicos de otras personas o normas sociales”, y puede cursar con psicopatía. “Si no se intenta atajar y tratar profesionalmente, puede desembocar en un trastorno antisocial en la edad adulta. Pero en este caso, tras una agresión tan grave, será difícil evitar que no evolucione a más”, apunta.

Detrás de una patología como esta, el ambiente familiar del menor es clave. “Es muy probable que en algún lugar haya vivido violencia, ya sea de este o de otro tipo”, añade Ortega.

Luis Docasar y Ricardo Fandiño.

La pandemia

Luis Docasar, jefe de Psiquiatría en el CHUO, señala el incremento de la incidencia de trastornos de salud mental en menores de edad en los últimos meses, sobre todo, relacionadas con depresión, ansiedad, trastornos alimentarios y adicciones (a las redes, al alcohol o al cannabis, entre otras).

El área sanitaria, de hecho, inauguró recientemente una unidad de Psiquiatría especializada en población infantojuvenil, lo que permite mejorar la atención y prevenir conductas como los suicidios. “Ha habido un aumento de comportamientos suicidas entre los menores”, resalta. La unidad es el paso previo a la creación de un hospital de día para menores, lo que permitiría ampliar las instalaciones: “Nos dará más posibilidades”.

LA PREVENCIÓN: CLAVE DESDE LOS PRIMEROS AÑOS

Ricardo Fandiño incide en la importancia de invertir “mucho más” en prevención desde edades tempranas. “Ahora se está hablando mucho de las problemáticas de los niños y adolescentes, pero no es un retrato generacional, sino una llamada de atención hacia los adultos, deberíamos invertir más en el cuidado emocional de los menores”, asegura el presidente de Aseia. “Detectar problemáticas nos permite evitar que puedan ir a máscon los años”, añade.