Pueblos y villas ourensanas toman posiciones en la lucha contra el feísmo urbanístico

Los particulares se suman a la administración en actuaciones que integran armónicamente las construcciones al paisaje

Edificación pública del concello de Bande.
Edificación pública del concello de Bande.

Villas y pueblos se suman a la moda del “fermosismo”. A las consolidadas intervenciones llevadas a cabo en los cascos históricos de Allariz, Celanova, Ribadavia o Castro Caldelas, en los últimos tiempos se le han sumado los planes municipales de concellos de menor tamaño o población que, con sus diferentes peculiaridades urbanísticas, apuestan por la recuperación del patrimonio público con intervenciones que buscan una integración armónica en el paisaje, tanto de aquellos elementos comunitarios tradicionales (fuentes, lavaderos, palcos,…), como de construcciones contemporáneas deterioradas por el abandono o el paso del tiempo.

Las intervenciones que, más o menos acertadas, han puesto en práctica desde la administración pública buscan también un efecto contagio entre los particulares. Un desafío que ha dado sus frutos a la vista de las 2.000 solicitudes registradas a la convocatoria de la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestructuras para fomentar el “fermosismo” y para garantizar una integración armónica entre las construcciones urbanas y el contorno paisajístico (en 2021 fueron 445 particulares y 66 concellos). La inversión pública para particulares fue entonces de 1,2 millones y, para este año, están presupuestados 1,6 millones. Una cifra a la que hay que añadir los 800.000 euros destinados a concellos de menos de 20.000 habitantes para actuaciones en edificios públicos y elementos etnográficos.

En el incremento de las solicitudes ha jugado un papel importante el boca a boca, pero también la labor de concienciación e información que, en muchos casos, han realizado los profesionales y técnicos municipales asesorando a los vecinos sobre los colores y materiales a utilizar a la hora de pintar una fachada, revestir un muro o instalar una cubierta acorde al territorio en el que se ubica.

Bande

Ejemplo desde lo público.

El Concello de Bande, donde el desarrollo urbanístico transformó el aspecto del núcleo original, aboga por dar ejemplo entre los vecinos en su plan por hacer más bonito su municipio. El grupo de gobierno desarrolló el año pasado un plan municipal que, además de asesorar y ayudar a los propietarios a la hora tramitar subvenciones para acondicionar bajos y fachadas, llevó a cabo intervenciones en los edificios públicos con los que “pouco a pouco ir facendo máis bonito Bande”, traslada la alcaldesa, Sandra Quintas, quien tras la modernización de las piscinas o la biblioteca, planea nuevas intervenciones en el edificio del Mercado Xurés y la propia plaza de la Constitución, con la retirada de las estructuras metálicas, entre otros.

Edificación pública del concello de Bande.
Edificación pública del concello de Bande.

Boborás

Patrimonio tradicional.

Boborás es un municipio referente del compromiso con el “fermosismo” promovido por la Xunta, no solo desde las instancias municipales, sino que también por parte de los vecinos. En 2021 el municipio recibió ocho subvenciones para corregir los impactos paisajísticos en otros tantos inmuebles de particulares, con una aportación pública de 18.664 euros para el revestimiento y pintado de fachadas y finalización de cubiertas. Una línea que no quiso dejar pasar el Concello, quien recibió casi 10.000 euros para llevar a cabo una mejora del lavadero de O Curro, en Feás. Con fondos propios y aportaciones de otras administraciones, el grupo de gobierno que preside Patricia Torres trabaja ya en un plan que permitirá restaurar otros 15 lavaderos.

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Puxedo

La aldea modelo del “fermosismo” en el Parque do Xurés.

</nav> </header> Puxedo, en Lobios, es el paradigma contra el feísmo. Desde aquella ya lejana primera intervención en la capilla en 2010, vecinos y administración han desarrollado un plan millonario que ha incluido la reforma del centro social, el peto de ánimas, el palco de la música, las “eiras”, pero también restauraciones y pequeñas reformas en decenas de viviendas y edificaciones auxiliares que lo han convertido en la aldea modelo del “fermosismo”, si bien no es el único. Fruto de la colaboración público-privada, lugares como Vilameá, Pazos o A Cela son ejemplos de buenas prácticas en Lobios que merecen una visita.

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O Barco de Valdeorras

Corrección de impactos paisajísticos en el Camino de Invierno.

Transformar las ruinas de un viejo edificio en un lienzo para los artistas, con fachadas que se convierten en altavoces para el arte y el patrimonio es una práctica cada vez más habitual en las villas. Hace unos meses, la Asociación Empresarial de Valdeorras (AEVA), en una acción de promoción del Camiño de Inverno, logró la transformación de un muro medianero del camino Real con una obra de Juan Carlos Abraldes. El mural, que representa una escena típica de vendimia, con peregrinos y el puente de Éntoma y O Castro al fondo, ha servido además para impulsar la corrección de impactos paisajísticos en inmuebles anexos.

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Riós

Reutilización de la piedra en la creación de espacios comunitario.

La colaboración público-privada es clave para poder desarrollar proyectos de restauración que lleven aparejada la mejora de la calidad de vida de la población, como la propiciada en el lugar de Progo (Riós) con la renovación integral del espacio público que rodea la iglesia de San Miguel, incluida en el catálogo de bienes culturales. La intervención se caracterizó por el aprovechamiento y reutilización de la piedra procedente de edificaciones en ruinas de la zona, para la construcción de los muros y el pavimento de la plaza. Un ejemplo de cómo transformar una debilidad en una fortaleza.

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