Reencuentros, nerviosismo y abrazos en la “vuelta al cole” de 29.634 alumnos ourensanos

La vuelta al cole arrancó ayer miércoles y 29.634 alumnos ourensanos de Educación Infantil, Primaria, ESO y Bachillerato volvieron a los pupitres. Uno de los centros que los recibieron fue el CEIP Marcos Valcárcel de la ciudad, donde los niños llegaron sonrientes, aunque algunos lucían un semblante más serio que se esfumó en cuanto se reencontraron con los demás alumnos del aula. Es el caso de Alejandro, de 7 años, que tenía muchas ganas de ver a sus compañeros. Después de un verano que parecía eterno, sobre todo para algunos padres, tocaba regresar a la escuela.

La clausura de las escuelas de Beariz y Vilariño de Conso rompió una tendencia de seis cursos sin cierres

Los alumnos de segundo de Primaria llegaron al patio pasadas las 10,00 horas, momento en que les recibió su profesora, Miriam, a la que abrazaron con cariño. Algunos, como Natalia, hasta le habían hecho un regalo. La niña portaba una concha en recuerdo de sus vacaciones en la playa.

En general, los alumnos estaban contentos. Nora, por ejemplo, quería regresar al aula pues le gusta la asignatura de plástica y tenía ganas de ver cómo era la clase de segundo. Alma confesaba a este medio que “de mayor” quiere ser peluquera y “hacer uñas”, por eso las llevaba pintadas de un color rosa que lucía encantada. Además, afirma que brillan en la oscuridad. La pequeña aseguró que la noche anterior había estado nerviosa por el arranque del curso, aunque dijo haber pasado un verano fantástico. “Me he ido tres semanas a mis pueblos y después me fui de vacaciones a un edificio marrón que tenía una piscina al lado y un parque también”, contó Alma.

La provincia arrancó el curso con casi 30.000 estudiantes, una cifra que presentó un desplome de 306 alumnos y la situó en la mayor bajada histórica desde que hay registros. Es decir, la mayor caída en 18 años. Y a pesar de que factores como la migración han conseguido frenar la despoblación, la baja natalidad sigue marcando esa tendencia consecutiva de años acumulando récords negativos.

Esta situación se refleja en las aulas, sobre todo en las etapas más tempranas del sistema educativo. Y es que la realidad es que esa “vuelta al cole” no la han vivido todos los colegios. Algunos como el CEIP Martiño de Vilariño de Conso cerraron sus puertas a última hora. Una clausura que se sumó en la provincia a la del colegio de Beariz, donde había matriculados dos alumnos. Este centro, en la comarca de O Carballiño, tampoco abrirá sus puertas este curso, aunque desde el Concello insisten en que el cierre será “temporal”. La provincia llevaba seis cursos sin sufrir el cierre de escuelas. Otros centros educativos todavía resisten a pesar de que están en la cuerda floja según el último informe de la Consellería de Educación: son los casos de Taboadela y San Cibrao. Los alcaldes de ambas localidades señalaron que el riesgo de cierre no es por la falta de niños, sino por la falta de servicios y escuela de Primaria