Siete años de cárcel por querer quemar vivos a sus vecinos de la avenida de Buenos Aires de Ourense

Prendió fuego en tres focos distintos, en un edificio viejo, con escaleras de madera, sin salida de emergencia y con los vecinos dentro. Esta fue la reacción de Jesús L.G. la tarde del 22 de febrero de 2024 después de que sus vecinos avisaran a la Policía Local y la cual le ha costado una condena de siete años de cárcel de la Audiencia de Ourense. Fue la inquilina del primero quien hizo la llamada a los agentes, alertada por los gritos de Jesús L.G., quien subía las escaleras gritando “me cago en Dios, os voy a matar, esto es una mierda” mientras golpeaba lo que se encontraba a su paso.

Como consecuencia, los agentes se personaron en el edificio, ubicado en la avenida de Buenos Aires, y subieron hasta el piso de Jesús L.G.. Comprobaron que estaba solo y atribuyeron los ruidos al alto volumen de la televisión, tras ello abandonaron el inmueble.

Tras marcharse los agentes, Jesús L.G., molesto por la presencia policial, bajó hasta el primer piso y prendió fuego en la guirnalda de Navidad que se encontraba colgada en una puerta y en un mueble que se encontraba en el rellano. Seguidamente, subió al segundo piso y quemó un banco.

Dos de los vecinos que estaban en el inmueble en ese momento contaron en el juicio que les fue imposible salir del edificio, por lo que optaron por resguardarse en el balcón a la espera de la llegada de los bomberos. Curiosamente, ese mismo día se incendió un edificio en Valencia y una vecina se encontraba viendo la televisión para seguir todas las noticias acerca de este suceso. En el momento del fuego, recordó los consejos que había escuchado poco antes y puso una toalla mojada en los huecos de las puertas. “Teníamos un miedo atroz”, confesó en la Audiencia Provincial.

“Tal y como anticipó el acusado con sus amenazas, su intencionalidad era quemar vivos a sus vecinos, quiso ocasionar el incendio y es más, buscó asegurar su resultado, prendiendo tres focos y además lo hizo en bienes de madera de fácil combustión, con lo que era plenamente conocedor del peligro de propagación que buscó y por ello del potencial daños que podía ocasionar a sus vecinos”. Así de contundentes se muestran los magistrados de la Audiencia Provincial en la sentencia donde condenan al acusado a una pena de siete años de prisión y le imponen la prohibición de acercarse al edificio a menos de 300 metros durante 8 años.

Una de las pruebas fundamentales para declarar culpable a Jesús L.G. fue la grabación reproducida en el juicio, en la cual el encausado profiere amenazas. En el audio se le escuchaban decir expresiones como “ídesvos cagar esta noite todos” o “chamade á Policía outra vez hijos de la gran puta”.