Benigno Moure impulsó, entre elogios y críticas, la modernización de la red gallega de servicios sociales
Espartano, inteligente y utópico, el sacerdote Benigno Moure está volcado desde hace años a la atención de los menesterosos, lo cual no ha evitado que en ocasiones su labor haya estado en el punto de mira de la controversia. Sus defensores hablan de su honradez y espíritu de servicio y sus detractores critican la falta de ortodoxia en algunas de sus decisiones.
Con 75 años a sus espaldas (nació en Arnoia el 24 de septiembre de 1932) Benigno Moure Cortés es uno de los hombres más controvertidos de la Iglesia ourensana, a la que pertenece como sacerdote desde hace ya medio siglo. Las luces y las sombras han sido una constante a lo largo de toda su vida ante la opinión pública.
Inteligente y utópico, Moure Cortés está volcado desde hace muchos años a la atención de los menesterosos a través de Cáritas, entidad que transformó en su día de forma radical y fue incrementando a través de diferentes iniciativas empresariales cuya parte más visible fue la atención a los mayores creando residencias de la tercera edad y, dentro de ellas, instalaciones geriátricas para grandes inválidos. Con todo ello fue conformando un emporio empresarial que situó a Ourense en la vanguardia de los servicios sociales para la tercera edad, supliendo incluso el papel que deberían desempeñar en este sentido las instituciones.
Sus defensores le atribuyen la paternidad del cambio de concepto en la atención social a los más desfavorecidos, sobre todo en lo que hace referencia a la tercera edad. Sus detractores discuten por su parte la falta de ortodoxia en algunas de sus decisiones e incluso cuestionan el que haya sido protagonista de un sonado enfrentamiento con un sindicato por el funcionamiento de la residencia de A Farixa.
El progreso económico-empresarial y esas luces y sombras que han caracterizado la vida de Benigno Moure Cortés hicieron que monseñor Diéguez Reboredo, hoy obispo de Tui-Vigo y entonces en Ourense, forzase en el año 1992 la segregación de Cáritas de esa actividad, dando lugar a la Fundación San Rosendo, entidad muy vinculada a la Iglesia pero de carácter privado, al frente de la cual se situó el propio Benigno Moure.
Una potencia económica
Convertida ya en una considerable potencia económica, a finales de los noventa San Rosendo da el salto hacia el sector termal, con la creación de un balneario en Arnoia, seguido luego de otro en Laias y poco más tarde un tercero en Lobios, punta de lanza del desarrollo y modernización del sector termal gallego y español. Ellos constituyen el núcleo duro de lo que hoy en día es el grupo Caldaria, compuesto por 54 centros en el que figuran también cuatro hoteles.
Un perfil diferente
Fumador empedernido y cabeza visible de la segunda empresa privada más importante de la provincia de Ourense después de Coren, Moure Cortés no responde, sin embargo, al perfil de ejecutivo que se pudiera considerar al uso dada la capacidad y potencial de la institución a la que representa.
Espartano en su vida privada, viste siempre de terno oscuro, pero con escaso armario. Se mueve en un Volvo 440 de hace catorce años. Ambos datos son utilizados por su entorno para avalar su honradez, así como la carencia de fortuna personal. Aseguran, asimismo, que a lo largo de sus muchos años de trabajo ha tenido tentadoras ofertas materiales para incorporarse a la empresa privada, a las que siempre ha renunciado en su intención de continuar dedicado al ámbito social.
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