María Neira: "La campaña de vacunación tiene que ser más rápida, decisiva y agresiva"

María Neira, directora del Departamento de Salud Pública y Medio Ambiente de la OMS, pide más seriedad y rapidez a los estados en la administración de las vacunas

Publicado: 10 ene 2021 - 06:01 Actualizado: 09 ene 2021 - 22:01

La doctora María Neira.
La doctora María Neira.

La pandemia se agudiza en todo el mundo, en la que muchos denominan la tercera ola. La campaña de vacunación que ya comenzó en la mayoría de países occidentales no alcanza el ritmo deseado. María Neira, directora del Departamento de Salud Pública y Medio Ambiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), pide más seriedad y rapidez a los estados en su administración, ya que cuentan con las armas necesarias para poner fin a la pandemia.

Neira, hija de un valdeorrés y reconocida en 2020 con el Premio Ourensanía, incide en la necesidad de cuidar más del planeta y cambiar el estilo de vida de las personas, ya que la próxima crisis mundial la detonará el cambio climático.

¿En qué punto se encuentra la pandemia a nivel global?

No cabe duda que estamos en una situación crítica en cuanto a los contagios, pero también a la hora de tomar decisiones y de usar las buenas armas que tenemos para combatir el virus. Disponemos de varias vacunas que van a ir incorporándose. Probablemente las nuevas vayan a ofrecer unas necesidades logísticas más fáciles, por lo que ahí se depositan muchas esperanzas. Hay que poner en marcha todos los mecanismos para que esas vacunas puedan inmunizar a la gente lo antes posible.

¿Se cometió un error en España al permitir las reuniones navideñas con la campaña a punto de comenzar?

Como siempre en esta pandemia, se tiende a hacer revisiones a posteriori. A plantear qué hubiese pasado si... Eso no sirve de nada. Lo que hay que pensar ahora es cómo se va a resolver la situación actual y cuál es la acción que se debe tomar. Cada país aplicó medidas similares, más o menos represivas. Lo cierto es que, al menos en Europa, estamos en una situación crítica, por lo que toca seguir con las decisiones adoptadas para evitar la transmisión y, en definitiva, salvar vidas. Al mismo tiempo debemos poner en marcha, de forma muy ambiciosa y con seriedad, la campaña de vacunación que esperamos desde hace tiempo. No entendemos por qué no se está haciendo de una forma más decisiva, rápida y agresiva.

De momento no está siendo así...

La comunidad científica ha dado lo mejor de sí. Se han hecho procesos excepcionales, con colaboraciones entre muchísimos científicos, desde la OMS trabajando 24 horas para empujar todo este proceso y coordinarlo, para que finalmente parezca que no hay una correlación entre esa esperanza en la vacuna, en ese deseo, y cómo se está reaccionando para cubrir al mayor número de población ante el virus. Cuanto más rápido la población vulnerable se inmunice, mejor nos irá como sociedad y la recuperación económica llegará antes.

También es importante para devolver a la normalidad a quién más ha sufrido las consecuencias.

Para algo se desarrolló la vacuna. Es importante usarla para que nuestros mayores que viven en residencias recuperen una vida normal. No podemos tenerlos eternamente encerrados porque les estamos quitando años de vida, la salud mental y la alegría de poder ver a los suyos. Ya no solo hay que mirar el riesgo que corren, también el estilo de vida que llevan después de meses encerrados sin ver a su familia. No es algo aceptable. Hay que vacunarlos cuanto antes para que puedan recuperar la normalidad.

En el último mes han aparecido la variante británica y la sudafricana. ¿Qué está ocurriendo para que surjan estas mutaciones?

Los virus por naturaleza varían constantemente y está en la vida de ellos, especialmente en los de ARN como este. Es normal. Lo que todo parece indicar hasta ahora es que estas nuevas variantes podrían tener una transmisión más rápida, pero no hay influencia en la letalidad. Toca practicar una epidemiología molecular para vigilarlas, con secuencias genéticas que nos permitan saber por dónde están circulando, pero era algo previsto. Creemos que esto seguirá ocurriendo.

La OMS también fue objetivo de las críticas en la gestión de la pandemia. ¿Cómo lo manejaron entre enero y marzo?

La OMS declaró su estado de máxima alerta el 31 de enero, cuando se consideró que existía una crisis de salud mundial. En ese momento se calificó de epidemia, porque afectaba solo a un pequeño número de países y creo los muertos fuera de China eran diez. En marzo ya se decretó la pandemia porque el virus estaba afectando a muchos más países, pero obviamente no la hubiésemos podido declarar en enero cuando solo había unos pocos estados afectados. Es una cuestión semántica que, por alguna razón, la gente cree que tiene que ver con el tipo de respuesta que se puede dar.

Con el contagio por aerosol también tuvieron alguna contradicción.

Eso fue un avance de la investigación. Las recomendaciones que dio la OMS desde el principio siguen siendo válidas. Es imprescindible mantener la distancia, que es lo que nos asegura que esas gotas de saliva que se caen en la superficie o se quedan como aerosoles, no se transmitan. El lavado de manos también es fundamental, igual que mantenerse alejados de espacios cerrados con mucha concentración de personas. Al final es una enfermedad respiratoria y nos queda aún mucho por aprender.

¿Quedan más pandemias por llegar?

Hemos convivido por siglos con muchos virus. Tenemos que aprender a cambiar aspectos de nuestro estilo de vida para bien. La próxima crisis sin duda es el cambio climático, el calentamiento global. Ahí tenemos que trabajar en cómo nos estamos relacionando con el medio ambiente, al que estamos destruyendo. La calidad del aire que respiramos también influye en que seamos más susceptibles a infecciones respiratorias como ésta. Además, si somos menos sedentarios, reduciremos factores de riesgo y eso pasa por una vida más activa, por una producción de alimentos más sana, evitar la contaminación del aire y del agua o parar de emplear combustibles fósiles que nos están matando.

¿Cuántas personas pueden morir al año por culpa de la contaminación?

El cambio climático y la contaminación del aire se producen en un 70% por quemar combustibles fósiles a la hora de generar energía. En el momento que dejemos de usarlo se evitarían siete millones de muertes al año. El virus hasta ahora ha provocado 1.8 millones, pero la contaminación acumula muchas más de forma prematura.

El futuro tras el covid, ¿pasa por un planeta más sostenible?

Desde la OMS ya proclamamos el llamado “Manifiesto por una recuperación saludable y verde” con seis prescripciones para recuperar la salud y la economía. Cuando dejas de contaminar y empleas energías renovables, se generan más puestos de empleo. Con medios más sostenibles se crea más riqueza y unas mejores condiciones de vida.

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