Carmen: “No sé dónde dejar todas mis cosas"

Perdió a principios de mes a su madre, con la que compartía su vida y frecuentaba los jardinillos del Padre Feijóo. Ahora, se ha quedado también sin lugar donde guardar las maletas de su vida.

Carmen Babarro: "É a primeira Noiteboa sen mamá"

Piedad Blas y Carmen Babarro se habían hecho inseparables. Llevaban juntas por las calles desde el año 2005, cuando fueron desalojadas del piso en alquiler en que vivían en la calle Lugo, porque el inmueble amenazaba con caerse. Después vivieron en el número 8 de la rúa Colón, de donde fueron desahuciadas en octubre de este año también por el mal estado del edificio. Todo lo que habían atesorado en su vida consiguieron ponerlo a resguardo en un bajo alquilado en la rúa Padilla, mientras ellas dormían o en la calle o "donde podíamos". Dos meses después, Piedad perdió la vida. Carmen se quedó sola y anteayer se llevó el último varapalo: el bajo donde guardaba las cosas de su vida tenía la cerradura cambiada. "Había quedado con el dueño en pagarle cada mes 250 euros, pero dijo que no le pagué y me cambió la cerradura. Y mis cosas quedaron dentro. No tengo dónde meterlas. Necesito alguien que tenga un bajo o una casita donde meterlas, me da igual Ourense, Lugo, A Coruña o Santiago. Mejor fuera de Ourense, aquí ya quedo yo sola.", relata, compungida, Carmen, que, en vísperas de Navidad, vaga por las calles con unas pocas maletas.

Carmen Babarro, en la calle con algunas de sus cosas.
Carmen Babarro, en la calle con algunas de sus cosas.

Era una pareja muy conocida, por los vecinos de la zona de los jardinillos de Padre Feijóo, donde acostumbraban a comer y pasar buena parte del día. Ahora, Carmen se confiesa sola y "desesperada". Su madre le dejó un poquito de dinero en las últimas voluntades "que me permitirá ir algunos días a un hotel", pero ¿y después, qué?. ¿Y las maletas de su vida, qué?

"Tengo ropa, zapatos, paraguas, mantas. Todo menos muebles. Necesito un sitio. Mamá se fue, me conformo con cualquier cosa, tengo algo de dinero y puedo trabajar. El bajo será del dueño, pero las cosas son mías y tengo que dejarlas en algún sitio".

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