UNO MENOS QUE EN 2022
Ourense se acerca a su récord de colisiones provocadas por animales
Alumnos de cuarto de la ESO del colegio Otero Pedrayo de la ciudad cambiaron las aulas del emblemático edificio del número 14 de la calle Padre Feijóo, en O Posío, por una sala de vistas del Juzgado Penal número 2, en O Couto, en las que sus maestros fueron, por unas horas, dos mujeres “con bata negra”. La clase, de diez a una del mediodía, consistió en una sesión de juicios reales en los que asistieron como público al tiempo que la jueza Susana Pazos y la fiscal Pilar Manso les explicaron cuestiones jurídicas y resolvieron sus dudas.
En la agenda de ayer, como suele ser habitual en esa jurisdicción, había acusados por delitos de lesiones y violencia de género. La magistrada aprovechó para hacer pedagogía cívica, apelando a los alumnos a no responder a las provocaciones del otro y rehuir discusiones. Según les dijo, desde la pandemia, las lesiones vinculadas al ocio nocturno son una de las infracciones más habituales en la agenda de señalamientos de su juzgado y pueden acarrear consecuencias graves para los autores: desde ingresar en prisión si las heridas requieren hospitalización a antecedentes penales que pueden lastrar una carrera profesional o impedir opositar en la función pública.
Muchas de las preguntas de los alumnos fueron dirigidas a un caso por violencia de género en el que el inculpado estaba acusado de sujetar por las muñecas a la denunciante y arrojarla a la cama. A los estudiantes de 15 y 16 años les llamó la atención que un hecho de esa envergadura pudiera llevar al autor ante la jueza. Otro de los casos, les impactó por la gravedad: el inculpado fracturó la mandíbula a su expareja en O Barco. Por ello deberá pagar 8.000 euros y aceptar un año y nueve meses de cárcel porque entonó el mea culpa.
Para Olga Quintana Devesa, la vicedirectora del Otero Pedrayo, esa clase práctica, dentro del programa “Educar en xustiza”, representa una oportunidad “fantástica de que os nosos alumnos coñezan as regras de xogo da nosa sociedade con casos reais”. A la veintena de estudiantes que ayer acudió -otro grupo ya pasó y un tercero asistirá en breve- les llamó la atención la vestimenta de los operadores jurídicos: “la bata negra” , o lo que es lo mismo, la toga de los jueces, fiscales, abogados y procuradores.
Pero sin duda, quedaron impactados con la visita a los calabozos, sobre todo con el ruido metálico de los cerrojos, en donde ingresar los detenidos antes de pasar a disposición judicial y la sala de reconocimientos a la que asisten las víctimas para tratar de identificar a un delincuente.
Educar en xustiza es un programa del TSXG dirigido a alumnos de Secundaria, prioritariamente de centros públicos. Pretende que los estudiantes adquieran un conocimiento suficiente sobre el funcionamiento del sistema judicial, con especial incidencia en aspectos como la violencia de género o la responsabilidad penal del menor. El pasado curso participaron 3.745 estudiantes gallegos, de los que 254 fueron recibidos en Ourense. Además, se organizaron dos juicios simulados sobre acoso en los juzgados de la capital. Durante este curso ya han tomado parte 22 estudiantes de Bachillerato del IES Cidade de Antioquía (Xinzo); 30 estudiantes de 4º de la ESO del IES A Pinguela (Monforte) así como 47 estudiantes del IES Otero Pedrayo de Ourense, divididos en dos días.
Contenido patrocinado
También te puede interesar
UNO MENOS QUE EN 2022
Ourense se acerca a su récord de colisiones provocadas por animales
CULTURA EN EL RURAL
La Red Provincial de Auditorios de Ourense alcanza los 7.500 espectadores
VACUNACIÓN MASIVA
Nueva convocatoria contra la gripe para mayores de 60 años
Lo último