La crisis del comercio cierra cada año a 120 negocios en Ourense

COMERCIO LOCAL EN PELIGRO

Los empresarios lamentan que las licencias se demoren más de un año y que no haya inversiones en favor de este sector en Ourense

Calle Santo Domingo, uno de los ejes estratégicos del comercio en la ciudad.  | Foto: Oscar Pinal
Calle Santo Domingo, uno de los ejes estratégicos del comercio en la ciudad. | Foto: Oscar Pinal

La crisis del comercio vive su peor momento en Ourense, tras pasar en un año de 0 a 1.400 parados en este sector y caer en 2.300 el número de personas ocupadas según datos de la última Encuesta de Población Activa (EPA). El exceso de trámites burocráticos, la falta de relevo generacional, el envejecimiento y la ausencia de inversión en infraestructuras son algunas de las causas que se barajan como principales responsables de la situación actual de un sector en declive.

En un marco desesperanzador para el crecimiento comercial de la ciudad, Luis Rivera, presidente del Centro Comercial Aberto Ourense Centro, apela a la responsabilidad “total y absoluta” del Concello sobre los plazos de las licencias, a los que considera causantes directos de la falta de iniciativa emprendedora: “Lo que no puede ser es que en una ciudad como es Ourense, con estos índices de paro que tenemos -casi tres puntos por encima de la media del resto de provincias- una licencia de apertura de un local comercial tarde más de un año”. Lo ejemplifica Rivera con nombres de cadenas como Primor, JD Sports o Arenal. Grandes marcas que a pesar de que van a generar entre 25 y 30 empleos cada una, aterrizan en la ciudad tras someterse a unas gestiones que han llegado a superar los doce meses desde su solicitud. “Así es imposible ser competitivos”, señala el presidente del CCA Ourense Centro, ante lo que ve como “la espada de Damocles que frena la iniciativa empresarial del pequeño comercio”.

En el caso de establecimientos ya consolidados, la ausencia de relevo generacional propicia que los locales echen el cierre de forma definitiva a causa de la jubilación de sus regentes. La propia idiosincrasia de la ciudad, con una población envejecida; y la falta de conocimiento previo a la hora de abrir un negocio, son otros de los factores claves que destaca Rivera. El comercial “es un sector poco atractivo para los jóvenes”, por lo que “si no tenemos gente, habrá que traerla de fuera, tratar de involucrar a los inmigrantes como forma de autoempleo, como ya se está consiguiendo en algunas villas”. Una posible solución que se suma al establecimiento de un plan estratégico para llamar la atención sobre el comercio local y revertir así una problemática que sitúa la vida media de un establecimiento en torno a los 10 años.

“Ourense va a la cola de todo”. Así define Beatriz Gómez, presidenta de la Federación de Comercio el momento crítico que vive la provincia. Desde su perspectiva, hace falta una mayor inversión en infraestructuras que ponga a Ourense en el mapa y sirva para explotar la llegada del AVE. Aunque remarca Gómez la subida de precios en elementos básicos como un punto de inflexión que azota a las economías familiares desde la pandemia, perjudicando al pequeño comercio. De la misma forma que lo perjudican las grandes plataformas de venta digital: “Hay mucho establecimiento pequeño que no está vendiendo online, así que lo tiene más complicado porque la juventud compra mayoritariamente de esta forma”.

Precios imposibles

David Martínez, presidente de la Asociación de Autónomos de Ourense, comparte esta última idea sobre la juventud, destacando el cambio en la mentalidad: “Los jóvenes tienen un concepto de comercio que se aleja del espacio físico. No tienen la idea de ir a comprar físicamente y hay que adaptarse a esa evolución”. Además, suma otra posible casuística al declive como es el “desorbitado precio de los traspasos de locales y de los propios espacios destinados a un fin comercial” como un gran problema para los emprendedores.

Demanda la presidenta de la Federación de Comercio, “una mayor implicación de las administraciones” para que “la sociedad se sensibilice y le dé al comercio local el verdadero valor que tiene”. Sitúa a las campañas de dinamización como pilares que activan las ventas y remarca que desde la organización son optimistas, pero “con cierta moderación”, esperando una mejora del panorama que tenga en cuenta que “en cuanto el comercio cierra, la vida en las calles se apaga”.

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