La estación de Sanabria sigue cerrada por la falta de la rotonda

La estación de Otero de Sanabria, rebautizada como Sanabria Alta Velocidad, parece gafada desde el principio. Una estación de fácil ejecución y un plazo constructivo de nueve meses que fue adjudicada el 2 de marzo de 2018 y que aun sigue cerrada. Primero, por el retraso en las obras de construcción, de la que es responsable la unión temporal de empresas formada por Easa (Estructuras de Aragón. S. A) y Copisa (Constructora Pirenaica, Sociedad Anónima). Ahora, por el plantón que le ha dado al administrador de las infraestructuras ferroviarias la constructora a la que se le adjudicó el pasado mes de agosto la rotonda que tendría que conectar el vial de la estación con la carretera N-525 a su paso por Otero de Sanabria y con la A-52, que tiene un punto de acceso apenas unos cientos de metros del emplazamiento de esa rotonda.

La tramitación de la referida rotonda ya se llevó a cabo con notable retraso: su licitación se formalizó el pasado 14 de mayo, cuando teóricamente ya tendría que estar terminada la estación, conectada con la carretera general y los trenes circulando y parando en ella.

9 empresas se presentaron al concurso, cuyo presupuesto base de licitación (sin IVA) era de algo menos de 395.000 euros. El criterio de adjudicación fue el económico, exclusivamente y la empresa ganadora del concurso fue la madrileña Infraestructuras Conelsan, con una oferta de 305.000, lo que representaba una baja del 22,01 por ciento sobre el presupuesto base, 2.811 euros por encima de lo que se consideraría una baja temeraria.

Lo cierto es que el plazo de ejecución de la rotonda, de 45 días, no se cumplió, entre otras razones porque la constructora no se presentó a la realización del acta de replanteo de la obra, trámite a partir del cual comienzan las obras y a contar el plazo de ejecución.

A finales de diciembre, la situación de la rotonda y de los accesos a la estación de Sanabria Alta Velocidad era el mismo que en el 27 de octubre, la fecha en la que el tramo de 110 kilómetros entre Zamora y Pedralba de la Pradería entró en funcionamiento. Una entrada que tuvo que realizarse en precario y, precedida de una inauguración en una estación, la de Sanabria, en la que los trenes no pueden parar porque los viajeros no pueden llegar a la estación por carretera para subir al tren.

El Adif, en aquel momento, anunció que la apertura de la estación de Sanabria AV se produciría en los últimos días del mes de diciembre de 2020 y entre tanto los viajeros que tuviesen como origen o destino dicha estación utilizarían provisionalmente los servicios ferroviarios de la de A Gudiña, hasta la cual se desplazarían desde la estación de Puebla de Sanabria (la estación de la vieja línea de Zamora) en autocares.

Pero finalizado el mes de diciembre y el año 2020, los usuarios de la comarca de Sanabria siguen teniendo que utilizar los autocares que los llevan hasta A Gudiña.

Para los usuarios no solo representa la molestia del transbordo, también del tiempo: han de presentarse en la estación de Puebla de Sanabria noventa minutos antes que si se subiesen al tren en la terminal de Otero de Sanabria, el tiempo que invierten en el viaje en autocar hasta la estación de A Gudiña y en el Alvia desde la última estación gallega hasta que pasa por Sanabria Alta Velocidad.

Pero además de este inconveniente para los viajeros, la espantada de Infraestructuras Conelsan obliga a un gasto público adicional: el mantenimiento de un servicio de autobuses lanzadera entre Puebla de Sanabria y A Gudiña, para atender las necesidades de los viajeros de la comarca en los cuatro trenes diarios por sentido, tanto que salen desde cualquier ciudad gallega hasta Sanabria, como los que suben o bajan en dicha estación en su relación con Zamora y Madrid.

Adif ha decidido no esperar a solucionar este problema de la rotonda y convertir el camino provisional de acceso desde la propia localidad de Otero de Sanabria que se utilizó durante las obras, para el servicio público, previo asfaltado del mismo. Se trata de un pequeño tramo ahora de tierra y piedras de poco más de 200 metros.