Sin Eurocopa ni Juego de Tronos en el núcleo de Abeleda

Los vecinos de esta zona rural aún demandan la llegada de la fibra óptica. Quienes sufren una peor cobertura, ni siquiera pudieron ver en sus casas el Italia-Inglaterra de este domingo

Daniel Rodríguez, Amadeo Álvarez, Marité Dopazo, José Manuel Diz y Francisco García, junto a la sede vecinal.
Daniel Rodríguez, Amadeo Álvarez, Marité Dopazo, José Manuel Diz y Francisco García, junto a la sede vecinal.

Los residentes en la aldea de Abeleda, a 10 minutos en coche del centro, padecen carencias en los servicios más básicos. Francisco García, funcionario de profesión, lamenta que “hay mucha gente interesada en una buena conexión a internet, porque se nos complica el teletrabajo. Yo Netflix lo puedo ver o no dependiendo de la gente que esté conectada, y Hbo ya es imposible, porque no se adapta a la calidad de la línea. Tenemos un repetidor que concede algo de velocidad, pero solo durante media hora. Así que la gente se desconecta y conecta de la línea todo el rato. Es una pena, porque esto con voluntad política se solucionaría fácilmente”. Los vecinos reclaman al menos conexión para el centro cívico, propiedad del Concello, al que ya han enviado un escrito al respecto. “Porque despois tes que facer todos os trámites por internet. A situación é moi triste, sobre todo cando non podes ver o Real Madrid”, bromea Manuel Diz.

Estíbaliz Osorio reside en una de las casas con peor cobertura de Abeleda. “Menos mal que mi marido es informático e instaló mil aparatos. Aún así, la tele se ve regular y Telecinco y Cuatro no llegan. Para ver la final de la Champions, tuve que ir a casa de una amiga”, explica. Sus vecinos se la encuentran a menudo deambulando por el pueblo para buscar cobertura. “Y luego mis hijos no quieren venir. Estar sin internet, para un chico de 17 años, es el desastre mundial. Además, mi madre vive en Palmés, a un paso, pero me llama y no tengo cobertura. Eso me preocupa mucho”, reconoce esta vecina.

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Amadeo Álvarez, presidente de la asociación vecinal, recuerda cuando Abeleda vivía tiempos mejores: “Había dos bailes diferentes los domingos, porque tantos jóvenes no cabíamos en un solo campo”. Y lamenta la oportunidad perdida para mantener la población. Todo debido a la falta de servicios, como una línea de bus para la gente mayor. “Ya hace años solicitamos uno que pasara dos veces a la mañana y dos veces a la tarde. Estaba aprobado pero quedó en nada”, recuerda.

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