El declive del médico de familia, entre la falta de vocaciones y horarios fijos

SANIDAD

Los expertos exigen prestigiar la especialidad menos querida por los MIR, además de mejorar el salario y la jornada laboral. Sanidad ha anunciado que hará una convocatoria extraordinaria para cubrir las plazas de la especialidad que quedaron varías

Publicado: 21 abr 2024 - 06:30 Actualizado: 21 abr 2024 - 15:56

Profesionales del centro de salud de A Cuña, en la celebración del 30 aniversario del centro.
Profesionales del centro de salud de A Cuña, en la celebración del 30 aniversario del centro.

La especialidad de Medicina de Familia que representa al médico de cabecera de toda la vida ha vuelto a pinchar, por segundo año consecutivo, en la adjudicación de plazas MIR (Médico Interno Residente). El área sanitaria ourensana remató la convocatoria del pasado viernes con 8 estudiantes que eligieron esta modalidad y 13 plazas libres en la misma. En Lugo fue peor: 18 vacantes. En Galicia, 63. En el conjunto de España, 459 plazas sin cubrir, el 18,42% de las 2.492 plazas ofertadas, récord histórico. Esta fenómeno que pone contra las cuerdas la Atención Primaria constituye “una tendencia social y nacional”, argumenta la jefa de estudios de la Unidad Docente Multiprofesional de Atención Familiar y Comunitaria de Ourense, Sandra Pardo.

La pregunta cae por su propio peso: ¿cuál es la explicación? Pardo tiene una respuesta para ello: “Las nuevas generaciones buscan especialidades en las que conozcan el horario de su jornada laboral con total seguridad”. A su juicio, los médicos de familia “saben cuando entran, pero no cuando salen”. Este es un factor que “desanima a los jóvenes”, ya que quieren “trabajar para vivir y no vivir para trabajar”.

Al factor generacional, con la consecuente variación del concepto del trabajo, la conciliación y el tiempo libre, se suma el hecho de que otras especialidades “garantizan un nivel prometedor a nivel privado”. En otras palabras, la posibilidad de aumentar el prestigio y la remuneración. Según la jefa de estadios del área sanitaria ourensana, en la carrera de Medicina “entran muchos estudiantes que carecen de una vocación previa por la medicina y luego se especializan en lo que les aporta un mayor reconocimiento, lo que constituye una decisión competitiva e individualista. Medicina de Familia es todo lo contrario”, declara en relación a la vocación que caracteriza a esta especialidad.

Sacrificio

La presidenta del Colegio de Médicos, Pilar Garzón, indica que la especialidad de Medicina de Familia es “la más potente” de entre las que se ofertan en la convocatoria de los MIR, ya que “el residente tiene que conocer y rotar por todas las especialidades para poder luego dar una solución y derivar a los pacientes donde corresponda”. Así pues, a pesar de “todo el trabajo que implica” es la más “denostada desde hace varios años”.

Esto mismo lo corrobora la MIR, Marta Martínez. “Es una especialidad muy desprestigiada, ya que hacen falta muchos médicos, genera muchísimo trabajo y no está bien tratada”, asegura. Martínez recuerda que otras profesiones también padecen la dificultad para completar el relevo generacional. “Desde las unidades docentes, facultades y ministerios deberían plantearse cómo mejorar la situación de estas especialidades que son tan necesarias para la sanidad”, indica. “Yo estoy en mi cuarto año y la escogí porque me encantaba y la volvería a escoger. Es una profesión muy bonita”, confiesa.

Por su parte, la presidenta de la Asociación Galega de Médicos de Familia y Comunitaria (Agamfec), María José Fernández, expresa que Medicina de Familia “es la que más se escoge” y, al mismo tiempo, “la que tiene un mayor número de vacantes”. La explicación se debe a que es la modalidad que aporta el mayor volumen de plazas a la convocatoria. El aumento de puestos en esta especialidad tiene que ver con la decisión de las Administraciones Públicas de incrementar el número de médicos de Atención Primaria. La pérdida de médicos de cabecera está ahí: Ourense tiene 30 menos que hace una década y Galicia 61, según los datos publicados anteayer por el Instituto Galego de Estatística (IGE).

Además, según Sandra Pardo, el incremento de la oferta tiene trampa: “No es la solución más efectiva, ya que si también aumentan los puestos de las grandes urbes o en ciudades con mar, los candidatos se decantan más por estos destinos, provocando la desertificación de médicos en el interior”. Para la jefa de estudios de Atención Familiar, las “unidades más pequeñas” implican un mejor “trato personal y un mayor contacto con todas las especialidades”.

Tanto a Sandra Pardo como a Pilar Garzón les preocupa la “falta de relevo generacional” y coinciden en señalar que desde “las universidades y administraciones se deben tomar medidas para mejorar las condiciones laborales” de esta especialidad y “hacerla más atractiva”.

Contenido patrocinado

stats