La Feria de Ourense cae en picado: “No merece la pena"

Tras un sinfín de idas y venidas durante estos dos meses de verano, la Feria de Ourense se encuentra en una encrucijada. En la edición de este lunes, con cada vez menos puestos y una preocupante caída de ventas, los feriantes se planteaban el futuro de su profesión, en el que la opción de una suspensión comienzan a circular con fuerza entre los vendedores ambulantes.

"Estamos sentados, sin vender la mitad de la mercancía porque no merece la pena", relata Paloma, que atiende su puesto de ropa mientras murmura con resignación: "Pensaba que iba a ser mejor".

El cansancio de los comerciantes, que ven como el ligero repunte en la facturación del pasado día 7 no es más que un espejismo, se hace palpable al preguntar cómo ha ido el día. "Miras el panorama y ves lo que hay", sentencia Constantino, que achaca al traslado de los puestos de su lugar de origen los malos resultados del día: "Cambiar de zona ha matado definitivamente el negocio".

María José Pérez comenta las "buenas expectativas" que había para el día de ayer, y más tras las favorables ventas del pasado viernes 7, pero la realidad les ha golpeado con dureza: "Se arreglaron ciertas cosas, pero no es suficiente, ni aquí ni en otras ferias", explica la comerciante, que detalla que "la gente que viene no compra, solo mira, y los mayores, que son los mejores clientes, no salen de casa por miedo".

Esta visión de la situación es compartida por todos los vendedores consultados. "La gente está indecisa, temerosa. Hay menos turistas que otros años y muy pocos clientes habituales", señalan Adolfo y Ofelia mientras recogen la mercancía antes de la hora de cierre por no lograr darle salida. "Si antes del covid nuestro sector ya estaba en crisis, ahora estamos el doble de mal", aseguran. Jaime Barrul, un zapatero vigués, destaca "el tremendo desplome en ventas de las ferias gallegas, y particularmente en Ourense", donde ocurre lo mismo. "La mayoría de clientes viene más bien a pasear y mirar que a comprar" finaliza.

"Estamos muy mal, peor que en meses de invierno", declara José Jurado Murillo, dueño de un mercadillo de discos. Sené Bassirou, feriante de complementos, destaca "la irregular asistencia a los puestos", y el recelo de los asistentes a comprar: "Con la pandemia no quieren ni acercarse".

Ferias suspendidas

Tras la de Maceda, la de Vilar de Barrio y la de Trasmiras, los rumores de una suspensión de la Feria de Ourense comienzan a circular entre los feriantes.

"Varias ferias más pequeñas ya están suspendidas, y la de la ciudad está en el aire", afirma Domingo Jiménez, vendedor que se pregunta con preocupación "qué pasará con los más vulnerables si esto cierra otra vez". María José opina que "no es justo que lo primero que quieran quitar sean las ferias, y no las terrazas", alegando que "lo nuestro es una actividad al aire libre mucho más espaciada. ¡Tenemos derecho a trabajar!".

Bassirou advierte que la cancelación de fiestas y otras ferias ya les está pasando factura "porque nos está afectando demasiado y muy seguido". Además, algunos cuestionan la escasa utilidad que tendría parar la actividad: "Ya que está la cosa mal, no la pongamos peor", apostilla José.

El gerente de la Praza: “La feria no se suspende"

Desde la Praza de Abastos, entidad gestora de la Feria, aseguran que el evento "se desarrolló con absoluta normalidad, a pesar de la lluvia", con "un refuerzo en la seguridad para que clientes y vendedores se sintieran seguros". Su gerente, Alberto González, indica que "no hubo problemas", y que "se han endurecido las medidas para asegurar el normal desarrollo de la actividad de los feriantes", mediante incentivos como no cobrar la mensualidad de la licencia este agosto. Preguntado sobre la posibilidad de suspender la Feria, el gerente se muestra sorprendido, asegurando que "ni mucho menos se suspende", y achaca la poca demanda de ayer a "la lluvia y al mes, que no es el mejor de la temporada", aunque reconoce que "quizá faltó turismo, y el tiempo no ha influido positivamente". Pese a ello, confía en que "septiembre, que suele ser la mejor época del año, continúe así, con la vuelta al colegio como aliciente para una buena jornada de ventas".