Las ferias ourensanas este verano: menos movimiento y nuevos hábitos
Ya no se va en grupos y el covid y el tiempo poco veraniego han mermado las ventas en comparación con veranos prepandemia
La llegada del verano es siempre un revulsivo para losferiantes de la provincia. Los mercadillos de los meses de julio y agosto son, en términos generales, los más potentes debido a la llegada de visitantes y, tras un periodo duro y complicado por la situación derivada de la pandemia, la actividad en el sector mejora considerablemente. Sin embargo, si en lugar de comparar la afluencia a las ferias en la actualidad con los meses anteriores se compara con los veranos precovid la situación cambia. Y es que el movimiento se ha visto mermado estas semanas al contrastarlo con los veranos de la antigua normalidad.
Detrás de este descenso de compradores hay, entre motivos como el repunte de casos activos por covid o la menor presencia de veraneantes, un cambio de hábitos y necesidades. Iago Vázquez, portavoz de la Asociación Galega de Ambulantes, explica que, tras el covid, quien acude a la feria prefiere hacerlo solo o, al menos, no en grupos familiares o de amigos. “Las ferias ya no son como eran antes del covid. Ahora ya no van esos grupos que iban antes de tres o cuatro matrimonios con los niños”, explica el también vendedor. “La gente no está yendo a pasear y por un lado es lo que esperamos. Lo contrario es perjudicial para nosotros en el sentido de que quien sí vaya a comprar se sienta agobiado por este tipo de público y se marche”, añade. En este sentido, en los últimos veranos prepandemia las ferias habían evolucionado, no obstante, a lugares más festivos, de reunión y para comer el pulpo, dejando más de lado la cara comercial del mercadillo, tal y como percibe el feriante Tino Iglesias.
Por concellos
Más de la mitad de los concellos de la provincia celebran la feria, pero la menor presencia de compradores se constató en los últimos días en lugares como Lobios o Avión. En Xinzo, algún vendedor se aventuraba el miércoles a dar datos concretos: “Un 30 por ciento menos de asistencia que un julio normal”, comenta Pedro Jiménez, de Comercial Jiménez. Situación similar se vivía en Trives -las ferias allí se celebran todos los días 1 y 15- el pasado jueves. La localidad recobraba parcialmente su ambiente de feria con los vecinos de concello y alrededores, y también con los visitantes que, cada año, retornan al Macizo Central ourensano. A pesar de que esta zona está libre de contagios de covid, la alta incidencia que de nuevo se vive hace que la asistencia a estos mercados sea menor a como era antes de la pandemia.
Veraneantes
La llegada de los veraneantes se nota en las ferias de A Baixa Limia y Terra de Celanova, pero la afluencia tampoco tiene nada que ver con la de jornadas anteriores a la pandemia. El tiempo que se tarda en aparcar o la ubicación para hacerlo, que llega al ramal de acceso a la autovía y cuelga el cartel de completo en las explanadas de la calle “Virxe da Armada”, son indicadores de la concurrencia al mercado celanovés y el jueves, con un poco de paciencia, se podía aparcar en la avenida principal pasado el mediodía. “Las calles no están vacias, hay ambiente pero no el que era”, reconocían dos asiduas al mercadillo, que achacaban al incremento de los casos de covid la escasa participación.
Después de un año complicado, los mercadillos han ido recuperando el pulso, sin embargo, incrementar y consolidar la mejora dependerá en parte de cómo evolucione la pandemia. En la provincia, ferias como Carballiño o Verín son las que congregan a un importante número de visitantes. La villa del Támega reúne a cerca de 100 feriantes los días 3, 11 y 23 de cada mes y, desde el 23 de abril, todos los puestos se pueden instalar en las calles Lisa, Praza Maior y Alameda. Desde entonces, la situación mejoró; con el alivio de la movilidad y el regreso de compradores de la comarca, los feriantes recuperaron, en parte, la actividad.
Pendientes de la evolución
Las ferias en Valdeorras parecen recuperar también el pulso, sobre todo en O Barco. El concelleiro de Promoción Económica, Eladio Santos, señala que en las últimas celebradas en Viloira “víase ambiente”. “Estábase recuperando. Había xente que ía comer o polbo”, dice el edil, que destaca la presencia de “moitos postos” con un alto porcentaje de los que se instalaban anteriormente -un 75 por ciento-. En la feria de O Barco hay una limitación de puestos en función del nivel de restricciones en el que se encuentre el concello. Aún así, dice que “case daba a sensación de que había feira o día 6 dunha maneira normal”, afirma, pero advierte que la feria del mes que viene podría verse afectada por la subida de casos que se está produciendo.
Iniciativas para la dinamización
Nuevas iniciativas se suman a otras fórmulas de éxito que se aplican a los mercadillos de la provincia para dinamizar la afluencia de visitantes a estos espacios. Entre estas nuevas ideas destaca Bande, que este mes de julio ha activado un servicio de transporte regular de viajeros los días 13 y 28 de cada mes, coincidiendo con la celebración de la feria. Dos líneas que salen desde Ponte Liñares y Corbelle a las ocho y media de la mañana y que regresan a las 13,30 horas desde la capitalidad con la que esperan movilizar a la gente de los pueblos. En Entrimo la puesta en marcha de la feria de artesanía local, con comerciantes y artesanos que venden productos típicos del municipio, parece que está funcionando bien. Es una idea del Concello para diferenciar este mercado de otros y, según fuentes locales, está dando un buen resultado.En Allariz la celebración de la feria de los sábados coincide con la apertura del Mercado da Reserva da Biosfera, lo que siempre beneficia a ambos puntos. Además, a esta circunstancia se suma la apertura de todos los establecimientos comerciales del casco antiguo y al reclamo turístico que representa la villa.
“A feira é positiva para todos, sempre vas vender algún café máis”
En Verín, el sector hostelero próximo al lugar de celebración de la feria -una de las más potentes- se ve afectado por ella, en su gran mayoría, de forma positiva: “A feira sempre é positiva para todos, sempre vas vender un café máis. Os propios feirantes xa son un público que che entra co que non contabas”, señala Anxo López, del bar Gallofa. Aunque a algunos locales les retiran las terrazas durante el mercadillo y se ven “achicados” por los puestos, el movimiento siempre es mayor esa jornada. “Para nós mellorou a cousa disto que dis que ‘estou tan mal, tan mal, que só pode mellorar a situación’”, relata Anxo.
A pesar de la evolución en tránsito de vecinos y ventas con respecto a principios de año, los feriantes verineses también llevan a cuestas “cansancio, miedo y preocupación”. En estos momentos alguno asegura que trabaja “para sobrevivir”, no “para ganar”. Además, desde la villa del Támega hacen incidencia en que “la feria es segura” y lamentan haber sido “los grandes olvidados de la historia”.
“Vamos mal. El año pasado hubo verano, pero este no”
A 15 de julio, las ventas de Tino Iglesias son la mitad o menos, en comparación a la misma fecha del 2019. “Incluso fue mejor el año pasado que este. Eso es porque por aquel entonces hubo verano y este no”, reconoce este feriante de calzados, quien entiende que la gente “tire con lo que tiene en casa”. “Vamos mal, vendemos un 30 por ciento menos. En lo mío, el tiempo marca mucho las ventas y me imagino que habrá un poco de parón por el tema del covid, y más viendo como está repuntando otra vez todo. En mayo vino buen tiempo y vendíamos, pero ahora nada”, dice.
El vendedor explica que su clientela es mayor “por eso creo que me están siendo mejor las ferias de pueblo pequeñas”
Sobre los veraneantes, dice que hay, pero que cada vez se notan menos en la “caja” del mercado. “Llevo casi 14 años en la feria y me acuerdo en verano de que la gente de afuera compraba mucho y se llevaban pares y pares para sus lugares de origen. Hoy no, creo que vienen en plan más de fiesta (pulpo) y de paseo, en la caja no se nota y antes sí se notaba. Yo hablo por mí, pienso que se perdieron más del 50 por ciento de esas ventas”, opina.
“La gente ya no va a la feria a pasear, ni acude en grupos grandes”
José María Sánchez, natural de A Estrada, acude como vendedor a la feria de O Carballiño desde hace 20 años. Este es uno de los mercadillos más grandes de la provincia de Ourense, pues en él se instalan, los días 16 y 31 de cada mes, 149 puestos de venta, de los que 27 son de “pulpeiras”.
En estos instantes hay, además, 25 solicitudes en lista de espera para poder participar de esta feria. Precisamente, José María, que recorre los mercadillos de toda Galicia, asegura que en O Carballiño siempre hay “mucho público” y su puesto, ubicado en la Plaza Mayor, siempre se nutre especialmente de las terrazas y del ambiente del entorno. Pese a esto, el vendedor explica que “de la pandemia nos vamos recuperando, pero no alcanzamos las ventas que hacíamos antes”. A juicio de José María “las ventas bajaron en el comercio en general, porque la situación vivida con el covid ha cambiado los hábitos de la gente, que sale menos y necesita menos cosas”.
“Non hai aglomeracións, pero si clientes fieis á feira”
Algunos de los feriantes que acuden a Allariz aseguran que la medida de celebrar las ferias todos los sábados puesta en marcha en 2020 les permitirá paliar las pérdidas de un año difícil al concentrar casi una decena de mercadillos en los dos meses más fuertes del año -julio y agosto-. “Na práctica, xunto co cambio de hábitos á hora de acudir á feira, fidelizáronse os clientes”, explica Cristina Cid, alcaldesa. “Conseguimos que a xente organice a súa compra pensando que existe un comercio local, supermercados, un Mercado da Reserva e unha feira que se celebra os sábados”, añade. La regidora opina que esta situación genera “un fluxo de clientes” que puede “non xerar as aglomeracións de antes” pero que acude con “maior frecuencia”.
Cid destaca que la afluencia de visitantes y de personas que tienen en la villa su segunda residencia “é importante”, pero que ha cambiado la forma de acudir a ella: “Non está sendo en grandes grupos, senon a nivel particular ou en núcleos de convivencia”, cuenta la alcaldesa. “O incremento de casos de covid está ocasionando que moita xente estea aínda á expectativa antes de reservar un hotel”, añade.
Contenido patrocinado
También te puede interesar
HUELGA SANITARIA
Más de 4.000 ourensanos, afectados por la huelga de médicos
PLAN PROVINCIAL DE LECTURA
La campaña provincial de lectura deja 261.000 euros en las librerías de Ourense
INCENDIO
Arde una casa en Rairo, Ourense
Lo último
CRISIS EN EL PSOE GALLEGO
Caballero e Inés Rey apuntan al liderazgo de Gómez Besteiro
guerra en ucrania
Finlandia advierte de que Rusia "seguirá siendo una amenaza" para Europa
CRISIS EN EL PSOE GALLEGO
Militantes de la ciudad de Lugo cargan contra Tomé y Besteiro