Las grandes empresas constructoras urgen A-76, A-56 y la variante exterior de Ourense

La patronal Seopan ha remitido al Gobierno central un informe con las prioridades hasta 2035 en el que incluye infraestructuras en Ourense proyectadas o iniciadas pero sin continuidad

Plataforma de la Variante Exterior, por encima de la N-525 a la altura del Polígono de Barreiros.
Plataforma de la Variante Exterior, por encima de la N-525 a la altura del Polígono de Barreiros.

La patronal que aglutina a empresas constructoras españolas, Seopan, ha puesto deberes al Gobierno central, al que ha remitido un informe de infraestructuras de transporte prioritarias en España de cara a 2035, por valor de 85.083 millones de euros, entre las cuales se encuentran tres grandes infraestructuras pendientes en la provincia: la A-76 (autovía Ourense-Ponferrada), la A-56 (Ourense-Lugo) y los últimos tramos de la variante exterior del AVE en la ciudad.

Para la patronal de las constructoras, lo más urgente -debido a su importante grado de desarrollo- en la provincia es rematar la variante exterior del AVE, una obra que tiene pendiente de inversión del 76% y que necesitaría 430 millones de euros para rematarse. Según Seopan, generaría un beneficio social de 1.111 millones de euros a 30 años, calculado basándose en tiempo, beneficios al medio ambiente y seguridad o empleo.

Variante exterior

Actualmente, el AVE Galicia-Madrid se presta temporalmente entre Ourense ciudad y Taboadela por la línea convencional, pero es una solución provisional, mientras se remata la variante exterior de la ciudad. Esta actuación tiene 18 kilómetros de longitud y permitirá dar continuidad en plataforma de doble vía electrificada y ancho internacional a las circulaciones de alta velocidad Madrid-Ourense hasta la intermodal.

La variante, actualmente en construcción, tiene cinco tramos: dos están ya en obras (Tabodela-túnel de Rante y Rante-conexión Seixalbo), y los tres restantes (Conexión Seixalbo-Seixalbo, Seixalbo-túnel de Montealegre y túnel de Montealegre-estación de Ourense), que suman 10 kilómetros, tienen el proyecto redactado, pero “es necesario un nuevo contrato para actualización y adaptacion a nueva normativa y precios”, según la última respuesta parlamentaria del Gobierno, que lleva un año argumentando lo mismo.

En cuanto a las carreteras, Seopan insta al Gobierno a desatascar las autovías A-76 y A-56. Ambas llevan más de un cuarto de siglo transitando por los cajones de los ministerios, pero nunca acaban de concretarse.

Autovía a-76

En el caso de la autovía entre Ourense y Ponferrada, por la que clama la aislada comarca de Valdeorras desde hace tantos años, las constructoras instan a acometer sin más dilación los 125 kilómetros, que tendrían un coste estimado de 1.353 millones de euros, pero que, recuerdan en Seopan, a 30 años contarían con un beneficio social superior, de 1.469 millones, en su mayor parte (más de 1.200 millones) correspondientes al ahorro de tiempo, pero también en materia de empleo (13.995 empleos más a 30 años) y reducción de CO2 (69.325 toneladas menos).

Las últimas informaciones, que datan de noviembre, no arrojan buenas noticias. A las preguntas que diputados del PP de Ourense y León sobre el tramo leonés Villamartín de la Abadía-Requejo, y los que comunicarán Requejo y A Veiga de Cascallá (Rubiá) y O Barco de Valdeorras con A Veiga de Cascallá, el Gobierno respondió que todos están en fase de redacción, sin especificar cuándo finalizarán, se licitarán y comenzarán las obras.

Autovía A-56

En cuanto a la autovía a Lugo, el informe recalca que es primordial agilizar la construcción de los tramos entre la ciudad y Guntín (Ourense-Cambeo, Cambeo-San Martiño, Enlace de Chantada Norte-Taboada, Narón-Guntín). Serían tan solo 38 kilómetros de obras, tendrían un coste estimado de 391 millones y, en este caso, el beneficio social sería inferior a la inversión (334 millones).

Actualmente, en esta A-56 está en marcha el primer tramo de la circunvalación norte de la ciudad. Cuando se pueda finalizar, allá por 2026, acompañaría al único tramo construido hasta ahora de la autovía: San Martiño-A Barrela. Son 8,8 kilómetros por los que ya circulan vehículos desde 2020. Aun así, el trazado de este tramo ni siquiera es útil para los conductores entre Ourense y Lugo.

Para comunicar el tramo abierto con la ciudad hace falta construir el tramo San Martiño-Cambeo, cuyo proyecto está pendiente de volver a salir a concurso. Otro tramo pendiente es el Cambeo-Ourense, que enlazaría con el segundo segmento de la circunvalación norte.

Carretera N-120

Por último, la patronal incluye en sus demandas la necesidad de completar el doble carril de la N-120 entre el Alto da Guítara y Ourense. El proyecto está aprobado, pero la licitación sigue atascada.

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