El jurado de Velle: dos delitos de asesinato y su psicosis influyó poco

A las 19:15 horas de ayer, tras siete horas de deliberación y discusión, ya que no hubo unanimidad en las 17 cuestiones planteadas, un jurado popular dictaminó el futuro de Diego Rodríguez Torres (38 años) en las próximas dos décadas. Vivirá en una prisión ordinaria pese a su esquizofrenia paranoide crónica. Desde febrero de 2021, está en la enfermería de la cárcel de Pereiro, con un interno” sombra” que lo vigila.

En la bancada del público se agolparon las familias de las víctimas, los primeros en llegar a la Audiencia de Ourense media hora antes de la convocatoria de lectura del veredicto, y algún que otro letrado en apoyo de los compañeros que intervinieron en el juicio que se prolongó durante toda la semana.

Los cinco hombres y cuatro mujeres, más otras dos suplentes, designados para deliberar sobre su culpabilidad en el acuchillamiento que le causó la muerte a la joven Ana Balboa (22 años) y dejó malherido a su novio Álvaro Blanco en su casa de Velle en la madrugada del 19 de febrero de 2021 asumieron como propia la argumentación de la fiscal: culpable de dos asesinatos, uno consumado (Ana) y una tentativa (Álvaro), pero apreciando una atenuante de alteración psíquica.

Los jurados, por mayoría de cinco, tienen en cuenta la esquizofrenia paranoide con sintomatología delirante que padece el inculpado, por la que necesita tratamiento, pero el día de los hechos no estaba bajo los efectos de un brote agudo. Su psicosis “limitaba levemente su capacidad de entender y de actuar de acuerdo a tal comprensión”, concluyeron.

Según explicó la portavoz, llegaron a esta conclusión recordando las palabras de los dos forenses. Los especialistas del Imelga aseguraron el pasado miércoles que Diego sabía lo que hacía cuando apuñaló a sus vecinos tras llamar a la puerta de su casa en plena madrugada y era conocedor de las consecuencias, matizando que en ese instante sus facultades no estaban anuladas pero sí modificadas levemente. Y tuvieron en cuenta la declaración del exjefe de Psiquitría del CHUO, Luis Docasar, sobre las diferencias con desconpensaciones previas en las que tuvo que ser ingresado en la Unidad de Agudos por las alucinaciones e intentos autolíticos.

El veredicto contempla un asesinato y no un homicidio (la propuesta de la defensa) basándose en la declaración del superviviente y la descripción que hizo del ataque nada más abrir la puerta (“en un microsegundo le vi los ojos y me di cuenta que tenía clavado un cuchillo en el abdomen”). La agresión sorpresiva con un cuchillo y sin posibilidad de defensa, manos contra cuchillo, determinan la alevosía que aprecia el jurado y que, por tanto, añade más años de pena al delito. Ana, según los jurados, se hallaba indefensa frente Diego cuando llega a la sala y se interpone en la agresión (su novio asegura que, ya en el suelo desangrándose, la escuchó (“déjalo que ya está muerto y llévate lo que quieras”).

No contempló, por contra, el ensañamiento que apreciaban las dos acusaciones particulares. El jurado consideró no probado, siguiendo al forense que hizo la autopsia, que las cuchilladas a Álvaro y Ana tuvieran el propósito de causar más dolor y sufrimiento.

El jurado se opuso a la concesión del indultoo la suspensión de la pena si se dieran los requisitos legales.

Las penas

Tras la lectura, la defensa y las acusaciones ajustaron su petición de pena a los designios del veredicto. La fiscal interesó una pena de 24 años y medio (17 por el asesinato consumado y siete y medio por la tentativa). El abogado de la familia de la víctima mortal reclamó 20 años por la muerte de Ana Balboa y 10 años más de libertad vigilada cuando salga de prisión. La letrada que representa a Álvaro Blanco interesó 15 años por la tentativa y la defensa “penas en grado mínimo”.

En los próximos días, será la magistrada ponente, Ana del Carmen Blanco Arce, la que dé forma jurídica a los hechos probados y no probados con la fijación de la pena, que no bajará de los 20 años de cárcel, así como las correspondientes indemnizaciones a las víctimas y familias.