Lola Gil, escritora: “Perderse no implica el fin del mundo, da miedo, pero termina por ser lo mejor”

Hace cuatro años Lola Gil fue de viaje con sus amigas a Madrid, pero al entrar en la capital y producto del tráfico se perdieron en sus carreteras. Y de ese breve y anecdótico momento surgió el título “Perdidas en la ciudad”. Una novela catalogada como “romántica” que se atreve a hablar sin tabúes y con la amistad como eje configurador del relato. Este jueves a las 19,00 horas, Gil estará en Ourense presentando su reciente obra en la librería Espazo Lector Nobel, una cita imprescindible para los amantes de este género literario.

¿Fue después de ese viaje cuando comenzó a escribir “Perdidas en la ciudad”?

No, fue dos años más tarde. Empecé en 2023, fue un enero muy frío en que apenas salí de casa en Madrid y entonces me puse a escribirlo. La verdad es que fue súper divertido. La novela está narrada desde el punto de vista de dos de las tres amigas, Camila y Olivia, dos personajes muy diferentes. El tono de cada una me hacía vivir cosas muy distintas, de experiencias que tienen de encuentros sexuales, de retos, de inquietudes o de preocupaciones. Me lo pasé bomba ese mes, apenas salí de casa, pero fue muy divertido.

La protagonista, Olivia, está en un punto de inflexión personal. ¿Qué le llevó a crear un personaje que está redefiniendo su vida a los 30?

En este libro hay muchísimo de lo que he ido absorbiendo de mis amigas o de gente que conocía. Y algo que se nos repite un montón son las expectativas que cumplieron nuestros padres, que con 25 estaban casados, con 27 el primer hijo y que nosotras íbamos arrastrando. Ese mundo ya no existe y es difícil encajarlo. Olivia representa todo eso y junto a sus amigas, Camila y Cris, va superando esa presión impuesta de lo que teóricamente tendrías que tener ya a los 30. Mientras, se va dando cuenta de que no es tarde para reinventarse, que no pasa nada y que al haber sido valiente tomando esas decisiones, su vida acaba siendo más plena. Quería que hubiese más referentes de que no es el fin del mundo perderse. Suele dar un miedo tremendo, pero al final termina por ser lo mejor.

Esta historia se configura también en torno a las relaciones sanas, vínculos poco representados a través del cine o de la literatura.

La cultura tiene un papel muy importante a la hora de crear referentes, hay que educar al lector a tener pensamiento crítico y reflexionar sobre lo que es bueno o malo. Aparte de eso, sí creo que la literatura ha tendido a las relaciones tóxicas a través del chico “malo”. En la literatura juvenil, es muy importante que haya referentes positivos.

La amistad es uno de los grandes pilares del libro, ¿qué peso tiene este vínculo en la evolución de Olivia?

La editorial lo ha catalogado como novela romántica, aunque para mí lo más importante tiene que ver con la relación de amistad. Ahora no buscamos tanto esa “pareja perfecta”, pero sí nuestra propia felicidad. Y a eso contribuyen las amigas, muchísimo. Olivia dice en un momento del libro, después de salir de una relación tóxica, que sus amigas sabían quién era, incluso cuando ella lo había olvidado. Y para mí la historia de amor se circunscribe a ellas tres.