“Una lotería para el comercio"

CRÓNICA

Los comerciantes y hosteleros de ambos lados de la Raia esperan ansiosos la reapertura de la frontera para incrementar ventas. "Si no abren, muchos de los negocios cerrarán", lamenta el presidente de los industriales de Feces.

Antonio Rodríguez

Publicado: 30 jun 2020 - 07:38 Actualizado: 30 jun 2020 - 09:57

Un vecino sella sus apuestas en juegos de azar en la administración de Feces (Verín), en la que cayeron las ventas.
Un vecino sella sus apuestas en juegos de azar en la administración de Feces (Verín), en la que cayeron las ventas.

El enfado suscitado entre los comerciantes, hosteleros,agricultores y trabajadores de la Raia tras el cierre de la frontera se va disipando a medida que se acercan las 00,00 horas de mañana, miércoles, cuando está previsto que se permita la libre circulación. "Si no abren los pasos fronterizos, muchos negocias cerrarán al finalizar el verano", explica el presidente de los comerciantes de Feces de Abaixo (Verín), Antonio Dosantos.

En esta localidad, ya cerraron medio centenar de negocios en los últimos 30 años. Los comerciantes tienen la mayor parte de sus clientes en los pueblos portugueses y "con el cierre de la frontera estamos con los brazos cruzados. Las ventas cayeron más de un 50%", asegura el gerente de la administración de Lotería Don Pepe, José Manuel Dosantos, más conocido como Cheché.

El paso de Feces de Abixo es el único que está abierto desde el pasado 14 de marzo entre la provincia y Portugal, pero las fuerzas policiales solamente permiten el paso de vehículos con mercancías y conductores que acrediten la urgencia del desplazamiento.

Comerciantes y trabajadores tiene la mirada puesta en la reapertura para incrementar las ventas y poder cruzar la frontera sin dar rodeos

Del lado luso, en los almacenes Europa y Támega lamenta la falta de clientela española. "Son nuestros principales clientes", afirman en las instalaciones. Pero no son los únicos, en el restaurante Labrador (Chaves) la presencia de clientes españoles, habituales antes de iniciarse la pandemia, es todo un acontecimiento. "De estar acostumbrados a servir mesas con españoles todas las noches, pasamos a no tener ninguna durante meses", lamentan en el negocio.

Todos esperan con ansias la reapertura y con ella los clientes. Pero la alegría es mucho mayor en la zona de Lobios y Lindoso (Portugal), situados a más de cien kilómetros del único paso fronterizo abierto durante las 24 horas. "Vivimos del tránsito en la carretera. Sin hoy conductores tenemos que cerrar. Ya era hora de que abrieran", explica el gerente del restaurante Lindo Verde, Máximo Rodrigues.

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