Sus Majestades hacen realidad los deseos de los más pequeños de Ourense

DÍA DE REYES

Los niños ourensanos salieron ayer a las calles para disfrutar de los regalos que recibieron en una de las noches más mágicas del año, devolviendo así la ilusión del significado de jugar.

La madrugada del 6 de enero en Ourense estuvo llena de magia y emoción, cuando los Reyes Magos de Oriente llegaron a la ciudad para cumplir el sueño de miles de niños y adultos. Como cada año, la llegada de Melchor, Gaspar y Baltasar fue el punto culminante de las celebraciones navideñas, desbordando de ilusión las calles de la ciudad.

Desde primeras horas de la tarde de ayer, los vecinos de Ourense se agruparon en los distintos puntos del centro, aguardando con impaciencia la tradicional Cabalgata de Reyes.

Carrozas repletas de colores y luces recorrieron las principales avenidas, mientras los Reyes Magos saludaban y lanzaban caramelos a su paso, haciendo las delicias de los pequeños.

Para muchos, la visita de los Reyes Magos es la culminación de la Navidad, un momento esperado durante todo el año. Y, como no podía ser de otra manera, después del desfile, los Reyes se adentraron en los hogares de la ciudad, dejando regalos bajo los árboles de Navidad.

La magia de la noche no se detuvo ahí, ya que la ciudad se llenó de sonrisas al amanecer, con los niños corriendo a descubrir los regalos que habían recibido. En cada rincón de Ourense, el espíritu de la Navidad siguió presente, recordando que, más allá de los obsequios materiales, la verdadera magia de la noche de Reyes es la ilusión compartida y el amor familiar.

En la madrugada de Reyes, Ourense vivió un sueño hecho realidad, un momento que permanecerá en los corazones de quienes lo vivieron, y que será recordado con cariño hasta el próximo año.

Fotos: Iago Cortón.
La madrugada del 6 de enero en Ourense estuvo llena de magia y emoción, cuando los Reyes Magos de Oriente llegaron a la ciudad para cumplir el sueño de miles de niños y adultos. Como cada año, la llegada de Melchor, Gaspar y Baltasar fue el punto culminante de las celebraciones navideñas, desbordando de ilusión las calles de la ciudad. Desde primeras horas de la tarde de ayer, los vecinos de Ourense se agruparon en los distintos puntos del centro, aguardando con impaciencia la tradicional Cabalgata de Reyes. Carrozas repletas de colores y luces recorrieron las principales avenidas, mientras los Reyes Magos saludaban y lanzaban caramelos a su paso, haciendo las delicias de los pequeños. Para muchos, la visita de los Reyes Magos es la culminación de la Navidad, un momento esperado durante todo el año. Y, como no podía ser de otra manera, después del desfile, los Reyes se adentraron en los hogares de la ciudad, dejando regalos bajo los árboles de Navidad. La magia de la noche no se detuvo ahí, ya que la ciudad se llenó de sonrisas al amanecer, con los niños corriendo a descubrir los regalos que habían recibido. En cada rincón de Ourense, el espíritu de la Navidad siguió presente, recordando que, más allá de los obsequios materiales, la verdadera magia de la noche de Reyes es la ilusión compartida y el amor familiar. En la madrugada de Reyes, Ourense vivió un sueño hecho realidad, un momento que permanecerá en los corazones de quienes lo vivieron, y que será recordado con cariño hasta el próximo año. Fotos: Iago Cortón.

La ciudad amaneció ayer con la alegría de quien se despertó y encontró un obsequio esperando debajo del árbol. Ourense celebró el Día de Reyes bajo un cielo que no dejó espacio a la lluvia, permitiendo así el disfrute de niños y mayores que no tardaron en salir a las calles para estrenar sus nuevas pertenencias.

El parque de San Lázaro, la plaza Mayor o la calle del Paseo fueron algunas de las zonas escogidas para dar rienda suelta a la libertad en un día de celebración protagonizado también por el tradicional roscón o el chocolate con churros que se podía degustar en las cafeterías de la ciudad. Las mismas que recibieron con entusiasmo a esos padres que se sentaban a tomar algo mientras veían cómo sus hijos estrenaban bicicletas, monopatines, carritos de muñecos o los clásicos balones de fútbol.

Juguetes convencionales que no dejan de ser los elegidos por un gran número de niños que siguen escribiendo los regalos más clásicos en sus cartas para los Reyes Magos. Los que la tarde del cinco de enero recorrieron en forma de cabalgata la ciudad y escucharon sus peticiones, fueron los mismos que generaron ayer todas esas sonrisas en los niños, que se pudieron apreciar en las calles ourensanas y que llenaron el ambiente de una ilusión que solo aparece en este mes del año.

Esta emoción es también culpable de la nostalgia de otros tiempos. Aquellos en los que los parques no se veía otra cosa más que niños jugando a voz en grito. Una imagen hoy, también presente, pero en menor medida.

Los juguetes de hoy

Los videojuegos y los regalos tecnológicos han ocupado un gran espacio en las casas de los ourensanos, reduciendo así las posibilidades de salir a la calle a estrenar unos juguetes que, ciertamente, se disfrutan más en el hogar. Pero no toda la ilusión está perdida. Aunque la tendencia general nos puede llevar a pensar en desesperanza a la hora de imaginarnos unas futuras navidades -cada vez más digitalizadas- la realidad nos sigue llevando a las risas que se escuchaban en el día de ayer desde los muchos rincones en los que se seguían estrenando juguetes incluso bien entrada la tarde.

De hecho, las jugueterías lo confirman. Parece que sus majestades continúan pasándose por ellas para hacerse con las peticiones de los niños, y estas no se alejan tanto de “lo de siempre”, aunque sí lo hacen en otras versiones. El clásico diario que venía con candado para escribir los secretos de quien escribe, se convierte ahora en la taquilla electrónica de Vtech, que permite guardar las pertenencias de su dueño bajo un sistema de seguridad. Los muñecos que cuidaban los más pequeños continúan en tendencia, convertidos ahora en versiones interactivas que permiten cuidar de una forma más real a estos juguetes. Y -cómo no- los LEGO y los Playmobil siguen siendo algunos de los elegidos que se mantienen de manera atemporal. Lo mismo sucede con las Barbie o las Bratz, que siguen conservando su hueco en el mercado independientemente del tiempo que pase. O los superhéroes, que remarcan su presencia más allá de las pantallas. Por otra parte, los juegos de mesa se posicionan como un regalo universal que traspasa barreras de edad, llegando también a jóvenes y adultos que les hacen un hueco en sus propias cartas, para el disfrute de toda la familia.

Aunque sí es cierto que si viajamos en el tiempo posiblemente nos encontraríamos un ambiente mucho más masificado, con más niños disfrutando de la magia de los Reyes Magos; y no encontraríamos ni un solo parque en el que no hubiera pequeños disfrutando de sus nuevos obsequios, es importante remarcar que -por el momento- en las calles de Ourense sigue sin ser tan atípica, la analogía del jugar.

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